La validez de los convenios bloquea la reforma de la negociación colectiva
Sindicatos y patronal no consiguen salvar el principal escollo al que se enfrenta la reforma de la negociación colectiva: la limitación o no de la ultraactividad, es decir, de que los convenios sigan vigentes tras expirar hasta que se acuerde su renovación. Hay consenso, en cambio, en poder modificar los convenios durante su vigencia si hay acuerdo para ello, y en reducir su atomización.
Hay voluntad de consenso entre las partes, pero el acuerdo se antoja aún difícil. A semana y media del límite fijado por el Gobierno para cerrar la reforma de la negociación colectiva (19 de marzo), patronal y sindicatos siguen esforzándose por superar sus diferencias. "Yo espero que tengamos un acuerdo, soy optimista", aseguró ayer al respecto el máximo responsable de CEOE, Juan Rosell, aunque luego añadió que "en una negociación todos los puntos pueden provocar problemas". Efectivamente, ya hay aspectos en los que se ha constatado un acercamiento de posiciones, pero persisten algunos escollos.
Uno de ellos es la eliminación o no de la ultraactividad. Esto es, que los convenios prolonguen su vigencia una vez expirados hasta que se negocie y acuerde otro. La voluntad de la patronal es limitar dicha duración. "Los convenios deberían iniciar las negociaciones antes del término de su vigencia y la norma estatal establecer un periodo máximo de duración de la ultraactividad", reza una de las propuestas remitidas a los sindicatos.
David Taguas, presidente de la patronal de las grandes constructoras y vicepresidente de CEOE durante el mandato de Díaz Ferrán, considera "un punto irrenunciable" que dicho periodo debería limitarse a seis meses. Los sindicatos, por su parte, no quieren ni oír hablar de tocar la ultraactividad.
Las comisiones paritarias podrán negociar cambios sin que expire un convenio
Transcurrido el lapso de tiempo acordado, propone la patronal, las partes podrían prever acudir a un proceso de arbitraje. Algo que también contempla el documento remitido por los sindicatos a CEOE: "En caso de superación del plazo máximo previsto para la negociación, se pueden establecer dos vías de solución: que la comisión paritaria del convenio superior asuma la negociación (...) o someterlo a un proceso de arbitraje".
Y este es precisamente otro de los aspectos sobre los que parece haber consenso: la necesidad de poder modificar los convenios durante su vigencia a través de las comisiones paritarias, compuestas por la Autoridad competente y representantes sindicales y empresariales. Eso sí: "Siempre que se respeten los niveles de legitimación establecidos por la norma" y "sin que ello signifique que se pueda replantear cualquier tema", lee el documento de CEOE y con palabras similares el de los sindicatos.
Los agentes sociales tienen, en cambio, diferentes ideas acerca de cómo debería mejorarse la legitimación del proceso. Para los sindicatos, "es necesario reforzar la legitimación sindical en la empresas, tanto para convenios como para otros acuerdos (modificación, descuelgue, ERE, etcétera)". Proponen, de hecho, la entrada de los sindicatos en los consejos de administración.
CEOE, por su parte, incide en que "puedan estar presentes en las mesas de negociación aquellas asociaciones de empresarios con un número reducido de empresas pero que emplean a una gran cantidad de trabajadores".
El intercambio de documentos entre las partes deja fuera de la mesa una cuestión espinosa: la tan mencionada vinculación de los salarios a la productividad en vez de a la inflación. Algo que, según los economistas de Fedea, que presentaron ayer una batería de medidas que deberían guiar la reforma de la negociación colectiva, se ha dejado fuera "porque no interesa a ninguna de las dos partes". Según apuntó el profesor Samuel Bentolila, uno de los firmantes, éstos se muestran convencidos de la necesidad de limitar la ultraactividad y las cláusulas de garantía salarial para recuperar la competitividad de la economía.