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Columna
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Libia se lleva un castigo irrelevante

Sancionar económicamente a Libia ahora, solo tendrá un impacto limitado. Vetar viajes y congelar activos contra Gadafi y su círculo más cercano, así como un embargo sobre el comercio de armas, parece un gesto políticamente bienvenido. Pero en esta etapa de violentos disturbios, el acuerdo entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no deja de ser simbólico. Por supuesto, las sanciones refuerzan el mensaje de que Gadafi y sus compinches están aislados de la comunidad internacional -sobre todo, con la amenaza de remitir a la Corte Penal Internacional a los responsables de campañas mortales. Pero las medidas hacen poco por resolver el problema inmediato de acabar con la violencia avalada por el Estado contra la población civil. El embargo de armas resulta irrelevante: Libia ya se ha armado con la ayuda de gobiernos extranjeros de todo el mundo. Con o sin la resolución, es difícil imaginar nuevos acuerdos de armas con el país en las circunstancias actuales.

En cuanto a las sanciones económicas, no incluyen una congelación de los activos del fondo soberano de Libia -que abriría la caja de los truenos, ya que tiene participaciones en muchas empresas europeas. Y las potencias occidentales no parecen dispuestas a dejar de comprar petróleo libio, lo cual perjudicaría a Italia en primer lugar. Quizá recuerden que la prohibición estadounidense sobre la compra de petróleo iraní no ha logrado disuadir las ambiciones nucleares del país. E Irak resistió años de embargo casi total antes de la invasión para derrocar a Sadam Hussein.

En todo caso, el impacto de esas sanciones solo podría sentirse a largo plazo. Esto no significa que no se pueda hacer nada: una zona de exclusión aérea podría proteger a los civiles. La idea quizá gane fuerza una vez que los Gobiernos extranjeros hayan evacuado a sus ciudadanos, y tendría que ser reforzada por los Gobiernos árabes para no dar lugar a más sentimientos antioccidentales en la región. Sea como sea, no hay nada en la resolución de la ONU que impida a Gadafi subir a un avión para ver a sus viejos amigos en Venezuela -ausente en el Consejo de Seguridad desde 1993.

Una Galani

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