Tránsito a lo digital
El ejercicio es sencillo para cualquier alto directivo: solo tiene que asomarse por la ventana de su despacho y ver cómo el mundo va transitando rápida e inexorablemente hacia lo digital, y posteriormente fijar la vista hacia dentro y constatar los escasos cambios estratégicos y estructurales que ha dado su empresa en esa dirección. Houston, tenemos un problema.
No es fácil migrar una empresa hacia el entorno digital: cultura, organización y cifra de negocio presente están en contra. Algunas claves para acometer una transformación digital con garantía de éxito:
l Reconocer la necesidad de la transformación y abanderarla desde la cúpula directiva. Debe hacerse de arriba abajo, con decisión y sin dar lugar al debate interno sobre si hacerlo o no. Hay mil razones para aplazar este proceso. Y solo una para acometerlo: sobrevivir.
l Volver a aprender. Es un nuevo ecosistema que hay que entender con nuevos ojos. Es clave formar no solo a los empleados sino también a la cúpula directiva con programas como el Padib (Programa de Alta Dirección en Internet Business).
l Dejarse ayudar. Generar una hoja de ruta para la migración auxiliándose de algún consultor o mentor digital con experiencia on-off y visión generalista. Huir de los expertos verticales o de los teóricos sin experiencia.
l Saber perder en el corto plazo para ganar en el largo. En algunos sectores internet genera ingreso adicional desde el inicio. Pero en otros canibaliza sin retorno el negocio tradicional. Si la incipiente operación digital carece de volumen suficiente cambiaremos dólares offline por peniques online. Demos velocidad al cambio para alcanzar rápidamente el tipping point que equilibre la factura.
l Cambiar la estructura y cultura organizativa. Designar a un responsable digital único (chief digital officer) con reporte directo al presidente y mando en plaza sobre los resortes reales del cambio a nivel transversal. Y con la función adicional de transmitir al resto de la empresa la cultura digital.
l No esperar a la perfección. Lanzar los nuevos modelos digitales en beta en cuanto sean suficientemente buenos. La excelencia se irá implantando mucho más rápido gracias a la experiencia que se vaya generando en el mercado real.
l Entender el coste aparejado a esta migración como una inversión estructural. Prever y dotar financieramente la partida de gastos entendiéndola como la compra de una nueva fábrica. Si a alguien le parece que el coste de transformación digital es caro, que espere a que le llegue la factura de no hacer nada.
Nacho de Pinedo. Consejero delegado del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI)