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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cómo recuperar la marca España

A pesar de que los mercados han relajado la presión sobre la deuda soberana española, diferenciándola ya claramente de las de Portugal o Irlanda, lo cierto es que todo lo que suena a español continúa estigmatizado. El coste de la financiación ha crecido no solo para las Administraciones públicas, también se ha encarecido para entidades financieras o grandes corporaciones. Y sin motivo justificado, pues resulta paradójico que bancos como Santander o BBVA tengan que pagar más que, por ejemplo, algunos de sus homólogos alemanes cuya fortaleza está en entredicho. Su único baldón es tener las sedes sociales en España.

Las acciones del Gobierno -reforma de las cajas de ahorros, recorte del gasto público, control de las comunidades autónomas o reformas como la laboral o la de la Seguridad Social- han contribuido a parar la caída libre de la credibilidad de la economía española. Sin embargo, todavía no es suficiente. Aún queda consolidar estas medidas y adoptar nuevas para demostrar que los mercados están equivocados y que España puede afrontar sus compromisos financieros a pesar del alto endeudamiento, tanto público como privado.

En este contexto, cobra especial relevancia la iniciativa de las grandes empresas españolas para complementar la labor del Gobierno, creando el Consejo Empresarial para la Competitividad, un think tank cuyo objetivo es demostrar, dentro y fuera de las fronteras, que lo español sigue siendo bueno. Acertadamente han hecho recaer esta función sobre los primeros espadas, acotando la pertenencia al selecto club a los presidentes de las multinacionales que comparten la preocupación por la pérdida de credibilidad de la economía española.

Nadie mejor que ellos como embajadores internacionales. No en vano, cualquiera de las 17 empresas que de momento se han integrado en el consejo tiene el suficiente peso global como para demostrar que las empresas españolas son capaces de competir en los más duros mercados. En definitiva, una economía triunfa si funcionan sus empresas y los miembros del nuevo think tank son un ejemplo de éxito y de reputación. Entre las futuras actividades se incluyen posibles road show en plazas financieras para demostrar a los inversores que pueden seguir ganando dinero con lo español. Posiblemente, los presidentes de estas compañías aporten una visión más atractiva que la del Gobierno.

Pero su labor tiene también una versión hacia el interior, tanto o más importante. Su poder de convocatoria les convierte en interlocutores privilegiados para muñir consensos con agentes sociales y Administración. En definitiva, quedan muchas reformas por acometer y se trata de que todos empujen del carro en la misma dirección.

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