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La pérdida de empleo y la inflación, principales causas

La renta disponible de los españoles descendió 29.000 millones en 2010

La caída del empleo, el estancamiento de los salarios nominales, la subida de impuestos y la inflación han provocado una pérdida de renta disponible real en los asalariados de cerca de 29.000 millones de euros anuales (28.769). Esta cantidad solo se compensa en parte con las rentas pasivas de despido y seguro de paro, que generalmente actúan como un detonante del ahorro y no del consumo.

La renta disponible es el motor de la demanda privada, que en España supone dos terceras partes del producto interior bruto (PIB) y, por tanto, el principal activador del crecimiento económico. Mientras la renta disponible tenga descensos, será muy complicado que el consumo y la inversión puedan retomar sendas positivas en España, ya que las expectativas de la ciudadanía serán negativas. Y el principal movilizador de la renta disponible regular es el empleo, variable que aún no ha culminado su caída en esta crisis.

La pérdida de renta total, de casi 29.000 millones, se desglosa en tres grandes partidas. La caída de la renta nominal de los asalariados, de unos 7.490 millones de euros; la pérdida de recursos provocada por las subidas de impuestos, cifrada por Hacienda en unos 6.000 millones al año, y el deterioro del poder de compra de la remuneración de los asalariados, de unos 15.279 millones de euros.

El reparto de la tarta nacional en 2010 ha pasado una importante factura a los asalariados. A falta de confirmación de los datos del cuarto trimestre (se harán públicos este miércoles), la remuneración de los asalariados solo llega al 47,6% de la riqueza generada, dos puntos largos menos que en 2009, mientras que la renta que conforma el excedente bruto de explotación de las empresas se ha mantenido por encima del 43% y es la partida de los impuestos la única que crece y absorbe la pérdida de los asalariados.

La riqueza generada en rentas salariales en 2010 en precios corrientes no llegará a los 510.000 millones de euros (509.309 millones, si en el cuarto trimestre mantiene el ritmo de ajuste de los tres primeros). Con esta cantidad la pérdida de capacidad monetaria sería de unos 7.490 millones de euros respecto a la acaparada en 2009, según los datos de la Contabilidad Nacional.

Pero esta cantidad, expresada en precios corrientes, supondría un descenso adicional de la renta real percibida en 2010 de unos 15.279 millones de euros, aplicando el deflactor del consumo que el propio Instituto Nacional de Estadística ha computado en el ejercicio. (Si se aplica como deflactor el IPC medio de 2010, la caída de renta sería de solo 9.167 millones de euros adicionales).

La contracción más abultada de la renta disponible es imputable a la inflación. Pero es muy abultado el efecto que generan tanto la pérdida de empleo como el comportamiento de la renta salarial nominal.

El número de ocupados desciende en el ejercicio en 432.000 personas, hasta los 18.408.000, lo que en términos relativos es un 2,3%. Este descenso se compensa por el avance nominal de las tablas salariales, pero solo en parte, ya que el incremento de los salarios en convenio es de solo un 1,3%, y solo para unos siete millones de asalariados afectados por convenio. Si el ajuste en las cifras de la Contabilidad Nacional por rentas es superior, se debe a que una buena parte de los salarios experimentaron descensos notables, algo que ha sido moneda común en las empresas en los dos últimos años.

Subidas de impuestos

Además de la inflación, el recorte de empleo y la compensación parcial con el avance de los salarios en convenio, han deteriorado la renta disponible también las subidas de los impuestos decretadas por el Gobierno en julio en el impuesto sobre el valor añadido (IVA), así como los avances en los impuestos sobre el tabaco, por los que Hacienda calcula que ingresará al año unos 6.000 millones de euros. Hay que recordar que ya en 2010 se había producido también un recorte significativo en las rentas del capital, con un incremento de al menos tres puntos en la retención y liquidación de los mismos.

Aunque no sea una renta salarial, la congelación de las pensiones en enero pasado supone también una merma importante en la renta disponible del conjunto de los españoles, si bien no tuvo efecto directo en 2010, más allá de incrementar la disposición al ahorro.

Cae la indemnización por despido y el desempleo

La contracción de las rentas por el descenso del número de ocupados no tiene compensación con rentas de pasivos, pues tanto las indemnizaciones medias pagadas por despido como las cuantías percibidas por los desempleados como seguros y subsidio de desempleo, que son aportaciones finitas y coyunturales, se han reducido notablemente en el último año. En los tres primeros trimestres del ejercicio la indemnización media por trabajador despedido fue de 9.451 euros, frente a los 9.804 abonados en el mismo periodo de 2009, según los datos del Banco de España. Puntualmente, en algunos trimestres la cantidad abonada superó los 10.000 euros por trabajador, pero ha caído en el segundo semestre a poco más de 7.500, como consecuencia de que la segunda oleada de despidos está afectando ya a plantillas con menos antigüedad, en muchos casos a trabajadores ya contratados desde el inicio de la crisis. Esta cantidad, que está exenta de impuestos, no es ahora superior a tres meses de sueldo medio abonado en España, o exactamente al salario mínimo interprofesional anual (7.599,6 euros).En cuanto a la renta percibida por los desempleados, si en los momentos más álgidos del ajuste laboral llegaron a percibir algo más de 1.000 euros mensuales de media (llegó a los 1.083 en septiembre de 2008), en los últimos datos disponibles, los de diciembre de 2010, la prestación media está ligerísimamente por encima de los 800 euros mensuales (853 la de carácter contributivo). Contabilizando la prestación y las cotizaciones a la Seguridad Social de los desempleados, el coste medio por parado protegido es de 892 euros mensuales, según los datos de Trabajo. Además, la población protegida por el seguro y el subsidio es cada vez menor.

Efecto pobreza

La pérdida de riqueza financiera e inmobiliaria de las familias (efecto pobreza) tiene un reflejo inmediato en el comportamiento de los agentes económicos, con descenso del nivel de consumo de bienes de uso duradero y de la inversión, y con repunte muy apreciable en el ahorro, según el Banco de España.

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