El presidente de Catalunya Caixa dimite al no conseguir la retribución que esperaba
Solo tres meses después de ser nombrado, el presidente de Caixa Catalunya, Fernando Casado, ha presentado su dimisión a la Generalitat de Cataluña. La causa de esta sorpresiva decisión es su retribución. Casado cobra actualmente 200.000 euros anuales, salario muy inferior a los 600.000 euros que reclamaba, según informa La Vanguardia.
El actual presidente de Catalunya Caixa percibe alrededor de los 200.000 euros, en línea con los que cobraba su antecesor en el cargo Narcís Serra. Sin embargo, según adelanta el diario La Vanguardia, Casado habría acordado con Antoni Castells (el hombre que negoció su elección por parte del PSC) el compromiso de obtener unos emolumentos anuales de unos 600.000 euros.
En línea con este acuerdo, la dirección de la entidad catalana inició el procedimiento para establecer el nuevo salario, un proceso que chocó frontalmente con los sindicatos y las corporaciones locales, lo que impidió que el debate pasase del consejo de administración. Por lo que la final se aprobó que continúase con la misma remuneración pero con dedicación parcial, ya que la dirección ejecutiva recaía sobre el directivo Adolfo Toldó.
Hay que tener en cuenta el contexto en que se ha llevado acabo este debate salarial, y es que esta demanda llegaba tras la aprobación de una reducción salarial del 5% y la eliminación de 1.500 puestos de trabajo.
Posibles desencuentros con el director general
Otras fuentes financieras señalan que Casado mantenía desde que llegó al cargo una serie de desencuentros con el director general, Adolf Todó, en especial porque se estaban dando por tomadas decisiones que el consejo de administración todavía no había aprobado, tales como la conversión de CatalunyaCaixa en un banco, en línea de lo que están haciendo muchas entidades de ahorro.
No es tanto que Casado se opusiera a la conversión, sino una cuestión de formas, ya que la entidad de ahorro remitió una nota a los trabajadores de la caja asumiendo la bancarización de la actividad y el propio Todó dio una entrevista a TV3 en que daba por decidida la cuestión, sin que el consejo de administración lo hubiese aprobado.
La entidad ha convocado una reunión del consejo ordinario el próximo 15 de febrero, según han señalado a Efe fuentes financieras, en el que presumiblemente se aprobará la conversión de CatalunyaCaixa en banco.
También pudiera ser que Casado aprovechase este consejo de administración para formalizar su marcha, sólo tres meses después de ser nombrado, pero este extremo no ha sido confirmado.
En todo caso, la marcha de Fernando Casado, que anteriormente había sido director general del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), deja en mala posición a los partidos políticos que pactaron su nombramiento (PSC y CiU) como persona de consenso para relevar a Narcís Serra tras la fusión de Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona para alumbrar la nueva CatalunyaCaixa.
Esta dimensión política se refleja también, tal y como señala La Vanguardia hoy, en que Casado comunicó su decisión a Presidencia de la Generalitat y no a la conselleria de Economía, que encabeza Andreu Mas-Colell y que es la que, hasta que estas entidades desaparezcan, tiene la tutela formal de las cajas de ahorro.
La segunda consecuencia de la marcha de Casado es que se despeja que el actual director general, Adolf Todó, pueda acceder a la presidencia del banco que creará CatalunyaCaixa cuando traspase a una ficha bancaria la totalidad de su negocio financiero.