¿Medvedev o Putin para 2012 en Rusia?
La incertidumbre sobre las elecciones presidenciales de 2012 se cierne sobre el clima de negocios de Rusia en 2011. El candidato oficial del Gobierno ganará. Pero ¿quién será? ¿Se postulará para un segundo mandato el titular reformista Dmitri Medvedev? ¿O saldrá a escena su férreo predecesor, el primer ministro Vladimir Putin, para volver al Kremlin?
El sentido común apunta al segundo escenario, con Medvedev a su lado como si fuera su marioneta mentora. Pero Reuters Breakingviews predice que -con el consentimiento de Putin- Medvedev se permitirá otro intento en un cargo alto.
¿Por qué? Primero, lo desea. Las declaraciones de Medvedev dejan pocas dudas. "No excluye la posibilidad..., si hay un apoyo público". Ambos líderes repiten el mantra de que la decisión "dependerá de la situación del país". ¿Cuál es la probabilidad de que se declare de repente una situación tan urgente que requiera un cambio de liderazgo?
Segundo, no puede ser humillado. Tras la declaración de las ambiciones de Medvedev, su descenso de categoría sería una ignominia y podría causar tensión dentro de la élite rusa. Tras tres años en el cargo, Medvedev ha nombrado a numerosos funcionarios del Estado, que han favorecido los intereses comerciales y atraído elementos de la intelectualidad a la retórica reformista.
Tercero, Putin está bien con él. No tiene motivos para estar descontento con el statu quo. Sobre todo, valora la estabilidad. Rusia ha capeado la crisis mundial sin trastornos graves. Pese a los retos económicos, Putin sigue siendo popular. Las calificaciones a Medvedev han subido constantemente y ahora es tan popular como Putin.
Cuarto, el retorno de Putin al Kremlin sería considerado negativo en Occidente y visto como una reacción conservadora. Esto sería negativo para Putin, ya que dedica gran parte de su energía a promover los negocios rusos en el extranjero. La reputación pro occidental de Medvedev le ayuda a compensar la mala imagen rusa.
Y quinto. El poder de línea dura no es absoluta. La percepción popular de que Putin es un rehén de la KGB, que insistirá en su regreso al Kremlin, exagera su influencia. La decisión de Putin de designar a Medvedev como su sucesor hace tres años mostró que es él quien decide. ¿Será el caso para 2012?
Jason Bush