Wikileaks y el poder de EE UU
Los secretos revelados por Wikileaks ponen de relieve un riesgo exacerbado para los inversores globales, pues sin el liderazgo de EE UU las rivalidades regionales pueden resultar desagradables y el aumento de las barreras comerciales y las políticas fiscales, destruir riqueza.
Es difícil evitar la impresión de que la divulgación de los 250.000 documentos secretos del Departamento de Estado acaba con la visión de los 90 de la supremacía de EE UU. Contar con una potencia hegemónica reduce los riesgos para el mundo, siempre y cuando sus intenciones sean razonablemente benévolas.
Los documentos de Wikileaks muestran a EE UU tratando de establecer alianzas para hacer frente a problemas como el aislamiento de Corea del Norte y las ambiciones nucleares iraníes. Sus esfuerzos no han sido eficaces y el resultado ha sido un aumento de la prima de riesgo. EE UU ya no puede darse el lujo de actuar como una potencia hegemónica benigna; por lo tanto sus insignificantes represalias contra la política comercial y monetaria china anima a otros países a erigir barreras a la libre circulación de mercancías y capitales.
Durante los noventa, bajo el Consenso de Washington, los asesores de EE UU presionaron a los Gobiernos de los mercados emergentes a recortar déficits y ejecutar políticas monetarias. Hoy esas economías en vías de desarrollo ruegan a los políticos estadounidenses que sigan el consejo. Con EE UU reduciendo gradualmente su papel hegemónico, los inversores deben armarse de valor ante un aumento de las primas de riesgo.
M. Hutchinson