CiU recupera el Gobierno de Cataluña con una cómoda mayoría
La debacle del PSC lleva a los socialistas catalanes a los peores resultados de su historia mientras el PSOE asume su parte de culpa.
Después de pasar siete años en la oposición, los nacionalistas catalanes tienen garantizado desde anoche su regreso a la Generalitat por la puerta grande tras obtener un confortable triunfo en las urnas que les permite gobernar en solitario con la ayuda de algún socio externo. La coalición liderada por Artur Mas consigue 62 escaños y se queda a 6 de la mayoría absoluta, un cómodo escenario facilitado por el derrumbe del Partido Socialista, que pasa de 37 a 28 escaños, y el desplome de Esquerra Republicana, con la pérdida de 11 diputados. Estos dos últimos, junto a Iniciativa, que pierde dos escaños, han integrado hasta ahora el derrotado tripartito catalán.
De esta forma, CiU dispondrá durante los próximos cuatro años de una holgada mayoría en el Parlamento autonómico, teniendo en cuenta que la suma de los diputados conseguidos por las fuerzas que han compuesto el tripartito no supone ningún riesgo para la estabilidad del futuro gobierno nacionalista.
Con estos resultados, la tendencia natural de CiU, que durante toda la campaña ha coqueteado con el independentismo, va a ser gobernar en solitario con apoyos puntuales de los socialistas, de los republicanos e, incluso, del Partido Popular, una formación que logra desbancar con 18 escaños, cuatro más que en 2006, a ERC como tercera fuerza política en esta comunidad. Es muy probable que el próximo gobierno de CiU se mantenga sin cambios hasta las próximas elecciones locales de mayo, cita en la que las principales fuerzas catalanas en liza se juegan plazas tan importantes como la alcaldía de Barcelona.
Artur Mas aspiraba a ganar los comicios de ayer domingo con autoridad pujoliana y lo ha conseguido, posiblemente gracias a la ruina electoral de Esquerra Republicana, que tendrá que gestionar Joan Puigcercós, y también al fuerte desgaste sufrido por el presidente José Montilla como consecuencia de la crisis económica y de la división interna del tripartito. Todo parece indicar que los republicanos han perdido terreno por méritos propios, sacudidos por la fuga de votos hacia Solidaritat Catalana, el partido creado por el ex presidente del Barça Joan Laporta, que logra cuatro asientos en el nuevo Parlamento, y hacia Reagrupament, el partido de Joan Carretero, que no consigue representación.
José Montilla anunció anoche que dejará de encabezar el PSC en el próximo congreso. "No hemos sido derrotados en nuestras convicciones", señaló resignado. Su castigo en las urnas va a conducir a los socialistas catalanes a tener el grupo parlamentario más pequeño de su historia, con 28 representantes, tras haber perdido más de 250.000 votos. En 1980 tuvo su primer suelo, con 33 escaños, pero esta vez lo ha horadado. Un resultado muy duro para el PSC, necesitado ahora de un plan de rescate, que se veía venir cuando se conoció en las encuestas previas que uno de cada cinco votantes socialistas del año 2006 no le hacía ascos a que Artur Mas fuera el presidente de la Generalitat. Anoche, lo primero que hizo el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, fue reconocer la severa derrota del PSC y asumir "la parte de responsabilidad" que podría corresponderle al partido, y tal vez al Gobierno, a nivel nacional.
En esta derrota han pesado, seguramente, algunas de las circunstancias avanzadas por el reciente barómetro del CIS: una opinión muy negativa de los catalanes sobre la situación económica (el 67% la califica de mala o muy mala), un juicio igualmente negativo sobre la coyuntura política (mala o muy mala para el 60% de los consultados), el paro y la inmigración, elevados al primer plano de las preocupaciones de los ciudadanos, todo ello sumado a una desaprobación general de la gestión de José Montilla (solo respaldada por el 14% de los electores), extensible a la del tripartito en su conjunto (más del 55%).
Los ecosocialistas de Joan Herrera no han logrado tampoco movilizar a su electorado y se quedan en diez escaños, dos menos que en 2006. Herrera, hasta hace pocas semanas diputado nacional en el Congreso, encarna en todo caso un liderazgo joven y comprometido con las esencias de la izquierda.
Ciutadans, encabezado por Albert Rivera, consolida los tres escaños conseguidos hace cuatro años.
Proyección nacional
El resultado electoral de ayer domingo en Cataluña puede tener consecuencias directas en las alianzas parlamentarias con las que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero trabaja en Madrid. El pacto presupuestario recientemente cerrado con el PNV y Coalición Canaria es susceptible de ampliarse ahora a los nacionalistas catalanes en la fase de enmiendas parciales y en el dictamen final que salga del Congreso tras el previsible veto que el PP impondrá en el Senado. No obstante, en la intención del Gobierno central está ofrecer a CiU un marco de acuerdo mucho más amplio que abarque todas las leyes económicas que están en trámite parlamentario, además de su posible apoyo a las grandes reformas estructurales, la de las pensiones en primer lugar, que tienen paso obligado por la madrileña Carrera de San Jerónimo. En este contexto se inscribe la mano tendida lanzada ayer a CiU en Madrid desde la dirección nacional del PSOE.
En fuentes gubernamentales se tiene la impresión de que CiU orillará en su nueva etapa de gobierno en Cataluña los conflictos identitarios para volcar su actividad en la resolución de la grave crisis económica. Josep Antoni Duran i Lleida situó anoche la salida de la crisis como el primer objetivo de la coalición, sin renunciar al concierto económico, una de las reivindicaciones que han vertebrado la campaña nacionalista.
Las claves
1. CiU se queda a seis escaños de la mayoría absoluta y podrá gobernar cómodamente en solitario con apoyos puntuales hasta que en las elecciones locales de mayo vea el panorama más despejado.2. El PSC se enfrenta a una crisis interna que los alcaldes socialistas de las grandes ciudades quieren retrasar para no dividir más al partido.3. El PP se convierte en la tercera fuerza de Cataluña y aspira a ser el socio prioritario de CiU.4. El independentismo gana terreno y se asoma al Parlamento con cuatro escaños del partido de Laporta.Mas:
"Nos esperan tiempos difíciles"
El ganador de las elecciones, Artur Mas, se dirigió anoche a los ciudadanos catalanes para advertirles que les esperan "tiempos muy difíciles", pero que afronta el futuro con "humildad, responsabilidad y esperanza" dadas las energías que concentra Cataluña.Mas hizo un llamamiento a todos los ciudadanos "a sumar esfuerzos" porque "necesitamos ayuda para que Cataluña sea levantada entre todos". En este contexto, apeló también a una "gran movilización de país" que concentre todos los esfuerzos necesarios, ya que el triunfo de CiU, añadió, se ha alimentado también de "votantes que nunca nos habían apoyado".Mas agradeció también a los electores la alta participación conseguida en las urnas. La crisis económica, el crecimiento del paro y la falta de respuestas a estos problemas por parte de la clase política catalana durante los últimos años hicieron temer que la abstención se disparase en estas elecciones. Pero no solo no ha sido así, sino que la participación subió ayer en cerca de cuatro puntos, si se toman como referencia los datos de hace cuatro años. En 2006, la participación en las urnas fue del 56% y ayer sumó el 59,95%. "Los catalanes", concluyó el líder de los nacionalistas, "han demostrado una gran responsabilidad".