Camino del gran grupo alimentario
El gran grupo alimentario español ha sido un objetivo largamente acariciado por empresas del sector y Gobiernos de cualquier signo. La riqueza de la producción alimentaria española, la superior calidad de muchos de sus productos, encabezados por el aceite de oliva, la modernización y el desarrollo avanzado de los procesos y la innovación tanto en el campo industrial como en la distribución son solo algunas de las fortalezas de un sector que, por si fuera poco, está avalado por la representación gastronómica y de restauración más prestigiosa de la historia.
En este marco se han desarrollado importantes empresas, sobre todo de origen familiar, y muchas han alcanzado importante presencia exterior. Sin embargo, sigue pendiente la creación de grandes grupos que puedan codearse con los gigantes mundiales de la alimentación. Por eso debe ser bienvenido el acuerdo por el que Ebro se convierte en accionista de referencia de Sos, tras adquirirle su negocio de arroz. Ebro crece así en este campo, y Sos gana músculo financiero y se especializa más en aceite. Ambas han estado en más de una ocasión en el germen de ese gran grupo alimentario que, además de producir con éxito, sume valor añadido y marca España de calidad. Esta puede ser la buena. Por eso, las incógnitas como el reparto de poderes deben ser despejadas con rapidez.