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La autopsia a Irlanda confirma el suicidio

El moribundo gobierno de Brian Cowen tuvo el acierto a principios de año de encargar a dos expertos independientes la autopsia de la crisis irlandesa para averiguar las "raíces profundas de los fallos sistémicos" que han forzado a Dublín a mantener en pie el sistema bancario con "un extraordinario apoyo por parte del Estado".

El encargo lo firmó el ministro de Finanzas, Brian Lenihan, el mismo que esta semana se ha resignado a pedir ayuda a la UE porque los recursos del Estado irlandés ya no bastan para sostener al sector financiero. Y en lo que debió ser una inspiración de las meigas celtas, Lenihan eligió como uno de los forenses a Klaus Regling, el alemán que ahora dirige el Fondo europeo que rescatará a Irlanda.

La versión preliminar de la necropsia ya se ha publicado. Y su veredicto no puede ser más devastador para Cowen y Lenihan, y para sus respectivos predecesores, Bertie Ahern y Charlie McCreevy.

"La crisis bancaria irlandesa presenta una clara huella de las influencias globales; aún así, en puntos cruciales fue una crisis hecha en casa (home made)", han dictaminado Regling y Max Watson, el otro autor del informe.

Tras el estudio de los despojos bancarios y fiscales en Irlanda, los dos forenses aprecian restos de "una imprudente expansión de los préstamos bancarios", "una política poco inteligente de exenciones fiscales", "la mayor aceleración en el gasto público de todos los países de la OCDE", "un peso excesivo del sector de la construcción en la economía"; "unos costes laborales que crecieron dos o tres veces más que la media de la zona euro".

Los sucesivos gobiernos irlandeses, según el informe, se regodearon en prácticas de riesgo como la de concentrar los ingresos fiscales en impuestos cíclicos (que pasaron del 8% del total a finales de los 80 aal 30% en 2006); utilizar las rebajas de impuestos como arma de negociación salarial; acumular deducciones hasta triplicar la media de las existentes en la Unión Europea.

Los vicios no fueron menores en el área financiera. "Errores de juicio", carencias en la evaluación interna de riesgo en los bancos; y tolerancia de los reguladores con unas entidades cuya única preocupación era no perder cuota de mercado ante la llegada de rivales de otros países de la UE.

En definitiva, el reventón irlandés fue un suicidio económico. Y no a base de substancias exóticas (complejos instrumentos financieros) sino de ladrillos financiados sin el respaldo de depósitos. Un chutazo inmobiliario mal cortado difícil de resistir.

(La descripción habrá recordado a más de uno los síntomas de otros pacientes. Pero para que no cunda el pánico en la sala de espera, hay que decir que los forenses reconocen expresamente en la página 17 de su informe la labor preventiva del Banco de España para evitar una intoxicación de las mismas características que la irlandesa... lo que no quiere decir, que ese otro paciente no se haya metido algún psicotropo difícil de digerir).

Foto con móvil: Obra de Jan Fabre en el Louvre de París (B. dM., mayo 2008).

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