Ordóñez urge a la banca a reducir costes para no entrar en pérdidas
Ya lo había declarado la banca, pero ahora también lo reconoce públicamente el Banco de España. El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, reclama a todas las entidades que aumenten aún más su eficiencia y gestión para evitar entrar en pérdidas. Asegura que todo el sistema financiero nacional debe actuar "ante un entorno que cada vez presiona más a la baja los beneficios". Fue claro, "si las entidades no reaccionan rápidamente, lo sufrirán en el nivel y calidad de sus cuentas de resultados".
Los peores augurios se van a cumplir. 2011 será más duro para la banca española que el actual. Eso es lo que se desprende del mensaje que lanzó ayer Ordóñez a todos los bancos y las cajas, incluidas aquellas entidades financieras que han "acertado con su gestión en el pasado" y no han tenido la necesidad de pedir ayudas públicas.
El gobernador urgió a las cajas que han recibido apoyos que cumplan rápidamente y "escrupulosamente los calendarios de integración acordados". Y puso especial énfasis en las entidades que han optado por una fusión a varias bandas con un banco como cabecera del holding, las cuales "deberán tener constituidos los bancos que funcionen como organismo central del mismo y hacer público su consejo y su nuevo equipo ejecutivo antes de Navidades". Un aviso, entre otros, para Caja Madrid y Bancaja, cuyos presidentes, Rodrigo Rato -anfitrión del acto- y José Luis Olivas, estaban presentes y tienen en marcha, junto a otras cinco cajas más pequeñas una fusión virtual (SIP).
Pero Ordóñez, que participó en unas jornadas organizadas por Caja Madrid y El País, aprovechó para endurecer aún más los deberes que deben realizar bancos y cajas, independientemente de que hayan necesitado ayudas o no. Pese a "su acertada gestión en el pasado" estas entidades tampoco pueden quedarse quietas. "Deben reaccionar ante un entorno que cada vez presiona más a la baja de los beneficios", indicó el gobernador. Para luego añadir cómo "la digestión del ajuste inmobiliario, el encarecimiento de la financiación externa e interna, el reducido nivel de tipos para buena parte del activo así como una recuperación de la actividad económica que inevitablemente será gradual como consecuencia de un largo y desequilibrado ciclo expansivo, configuran un escenario en el que, si las entidades no reaccionan rápidamente, lo sufrirán en el nivel y calidad de sus cuentas de resultados". Lo que equivale a decir que pueden entrar en pérdidas. Ordóñez tampoco descartó nuevos repuntes de la morosidad en los próximos meses.
Ante este nada halagüeño panorama el supervisor recomendó a las entidades en general que sigan cerrando oficinas y plantilla. Entre el 10% y el 30% en ambos casos. Y advirtió a aquellas "que no se prepararon suficientemente para esta caída de márgenes y de actividad y para el agotamiento de las provisiones genéricas" que "no les queda más remedio que emplear ya toda la energía posible para aumentar la eficiencia reduciendo costes de todo tipo y utilizar la imaginación para seguir innovando y avanzando".
Ordóñez pidió al Parlamento que apoye la política económica del Gobierno para salir de la crisis. A pesar de que reconoció que la coyuntura actual "puede hacer más atractivo proponer aumentar los gastos, reducir ingresos o retrasar las reformas", instó a reguladores y supervisores a aplicar con diligencia lo que el Ejecutivo y el Parlamento han aprobado.
Ordóñez incidió, además, en que bancos y cajas sean "más transparentes" en lo que se refiere a su exposición al sector inmobiliario.
El debate sobre el riesgo sistémico en los bancos
Las diferencias de criterios siguen sin resolverse. El director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Jaime Caruana, opinó ayer que el tamaño sí plantea problemas a la hora de calibrar los riesgos sistémicos, aunque no sea lo más determinante. Dijo que los bancos de gran tamaño -en España Santander y BBVA- figuran en la primera fila de las listas de entidades de riesgo sistémico, aquellas que pueden perjudicar al conjunto del sistema financiero si tienen problemas. "Al final el tamaño importa mucho", aseguró. Argumentó que los bancos grandes no asumen necesariamente más riesgo que otras entidades, pero que si fallan, "y la probabilidad de fallo nunca va a ser cero", las autoridades financieras afrontan una mayor dificultad para gestionar ese fallo. Precisó, no obstante, que para determinar si una entidad debe considerarse de riesgo sistémico, lo que acarrea mayores requisitos de capital y liquidez, no hay que mirar sólo el tamaño, sino también la interconexión con otras entidades y su estructura organizativa. El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano defendió, sin embargo, que el riesgo depende en mayor medida del modelo de negocio y de la supervisión de cada país. El consejero delegado de Santander, Alfredo Sáenz, también trató ayer la cuestión del riesgo sistémico durante su intervención en unas jornadas en Fráncfort. Advirtió del peligro que puede entrañar el clasificar los bancos como sistémicos y no sistémicos de una forma fija.
Un coste de 7.000 millones
El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, criticó a las entidades que ofrecen altos intereses en sus depósitos por el impacto que tiene sobre los ingresos del sector. Según cálculos del banco, la guerra del pasivo restará al sistema financiero unos 7.000 millones de euros este año en el margen de intereses. A principios de año se estimaba que el impacto no sobrepasaría los 2.000 millones, porque sólo algunas firmas ofrecerían un 4% en depósitos. Pero el efecto contagio hace ahora prever que el importe llegue a 7.000 millones. Y es que según Cano, aunque sea un 20% menos (5.000 millones) sería "una barbaridad".