Obama cita a la oposición el día 18 para negociar las rebajas fiscales de Bush
Barack Obama ha invitado a los líderes de su reforzada oposición en el Congreso para hablar "en profundidad" sobre cómo cooperar en los próximos dos años para "hacer avanzar la agenda de los americanos".
La cita es el día 18 de noviembre y el presidente explicó que no será una simple foto ya que los americanos no quieren una parálisis en Washington. No obstante, es algo que nadie descarta en EE UU dada la defensa de posiciones antagónicas en materia económica de Obama y los republicanos.
Tras reunirse con los miembros de su gabinete, Obama dio a entender que su prioridad a corto plazo es acordar qué se va a hacer durante el breve periodo de reuniones que le queda al Congreso saliente. Las cámaras tienen un mes, desde el 15 de noviembre, para decidir qué hacer con los recortes fiscales de George Bush, los del estímulo de Obama y la extensión de prestaciones de paro.
A partir de enero habrá un nuevo poder legislativo, el que salió de las urnas el pasado martes, pero para entonces habrán expirado los recortes fiscales, tanto de Bush como de Obama, si no se actúa antes. En rueda de prensa posterior a las declaraciones del presidente, su portavoz, Robert Gibbs, señaló que el presidente podría estar abierto a la exigencia republicana de que las rebajas de Bush se prorroguen uno o dos años más.
"Va a estar abierto a discutir el tema y escuchar el debate pero el presidente no cree que es una buena idea hacerlos permanentes", dijo Gibbs. El propio Obama se limitó a decir que hay que actuar para que las familias de rentas medias no vean una subida de impuestos.
El presidente quiere, además, extender el seguro de desempleo antes de que acabe el periodo de sesiones para que tres millones de personas no pierdan estos ingresos.
"Para parar su agenda hay que echarle"
Barack Obama dice que EE UU no quiere una parálisis en Washington pero será difícil evitarla porque pese a que todos han dicho que quieren negociar las agendas que defiende cada uno son radicalmente distintas.El más sincero es Mitch McConnell, líder de la minoría en el Senado. El republicano dijo ayer que la "única manera" de parar la agenda de Obama es derrotándole. "Queremos acabar con la reforma de la sanidad, los salvamentos, rebajar gastos y el alcance del Gobierno, y esos solo se puede hacer teniendo en la Casa Blanca a alguien que no lo vete".