El FMI sitúa el déficit fiscal español en el 6,9% para 2011
El Fondo Monetario Internacional calcula que el déficit fiscal de España se reducirá el próximo año, gracias a los ajustes emprendidos, hasta el 6,9%, aunque la cifra supera en nueve décimas a la previsión oficial del Gobierno.
El FMI distribuyó hoy su informe fiscal semestral, en el que se refleja la situación fiscal en el mundo después de dos años en los que los déficit de muchos países crecieron debido a los planes de estímulos lanzados para salir de la crisis.
El informe proyecta, en términos generales, que el déficit fiscal mundial caerá del 6,8% en 2009 al 6% en 2010. Para 2011, la previsión es que se sitúe en el 4,9%.
Para España, el FMI calcula para este año un déficit del 9,3%, el mismo que proyecta el Gobierno, frente al 11,2% del año pasado.
Para 2011 aparecen diferencias, pues el FMI estima que se situará en el 6,9%, frente al 6% que calcula el Gobierno.
No obstante, el FMI ha mejorado la previsión de España en 2,7 puntos con respecto a lo que preveía en mayo pasado, después de que el Gobierno anunciara en ese mes un plan de ajuste presupuestario.
El FMI calcula que en el conjunto de las economías avanzadas el peso de la deuda en 2011 se situará 29 puntos porcentuales por encima del nivel que tenía antes de la crisis.
Pero el detalle por países dibuja un panorama poco homogéneo. Algunas de las grandes economías lograrán en 2011 reducir el peso de la deuda con respecto a antes de la crisis, como ocurre con Canadá, Islandia, Israel, Suiza o Suecia.
Otros, como España, Irlanda, Grecia, Japón y Estados Unidos, registrarán un "crecimiento pronunciado" del peso de la deuda, aunque menos de lo que se preveía en mayo
La previsión del Gobierno español es que la deuda publica supondrá este año el 62,8% del PIB, y el próximo crecerá hasta el 68,7%.
El FMI piensa que este año se alcanzará el 63,5% del PIB y considera que España debe ajustar su déficit en 8,4 puntos porcentuales en la próxima década.
En su informe, el FMI valora los esfuerzos que ha realizado España para reducir su déficit, y menciona especialmente el control del gasto farmacéutico en la sanidad pública, y la subida en el Impuesto del IVA, que le permitirá aumentar sus ingresos.
Valoración del economista jefe
En una entrevista concedida a la radio francesa Europe 1, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard insistió en que existen diferencias entre el crecimiento que registrarán las economías avanzadas, que será de entre el 1% y el 2%, y el de los países emergentes, donde alcanzará un rango de entre el 6% y el 8% o incluso más.
En este sentido, explicó que el FMI aún prevé un crecimiento positivo de la economía, aunque "no demasiado elevado", en un entorno en el que los países ricos registrarán un crecimiento "lento" con unas tasas de desempleo que seguirán siendo altas en 2011 y 2012. "Pero el resto del mundo, los países emergentes, lo están haciendo muy bien", añadió.
Por otra parte, Blanchard tildó de "valiente" la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de inyectar 600.000 millones de dólares en la economía estadounidense mediante la compra de bonos del Tesoro y aseguró que estos intentos de la Fed de la apoyar la recuperación económica no tienen precedente en la historia.
"Es una buena medida que históricamente nunca se ha intentado a esta escala, por lo que es una medida valiente de la que no conocemos todas sus consecuencias y que tendrá efectos positivos", remarcó. Sin embargo, reconoció que los efectos de esta medida no serán necesariamente positivos para Europa y aseguró que su resultado depende lo que decidan hacer los políticos europeos, mientras que en las economías emergentes pueden ser más complejos.
Asimismo, recalcó que no sería el "fin del mundo" si esta nueva medida de la Fed eleva la inflación, dado que Estados Unidos está en un periodo donde la inflación es "muy baja" y también existe el riesgo de deflación.
Respecto a la próxima cumbre del G-20 en Seúl, el economista jefe del FMI consideró que esta reunión podría aportar soluciones para contrarrestar la guerra de divisas