Bernanke inyecta 425.000 millones para revitalizar la economía
La medida encarece el euro y amenaza la recuperación de la UE.
La Reserva Federal de EE UU siguió el guión previsto y anunció ayer que comprará bonos del Tesoro estadounidense hasta junio por un importe de 600.000 millones de dólares (425.000 millones de euros) con el objetivo de impulsar el consumo y mejorar el deteriorado mercado laboral de la primera potencia del mundo. La inyección de liquidez podría alcanzar los 900.000 millones de dólares ya que la Reserva Federal reinvertirá en deuda pública los intereses originados por los bonos ya adquiridos.
Las consecuencias de la política expansiva de la organización que preside Ben Bernanke -que comprará bonos a un ritmo de 75.000 millones al mes- se notarán en ambos lados del Atlántico. En EE UU, los analistas prevén un incremento notable de la inflación a medio plazo desde su bajo nivel actual, que incluso alentó el fantasma de la deflación. El IPC cerró septiembre en el 1,1%.
Bernanke justificó su decisión de inyectar 600.000 millones de dólares -100.000 millones más del mínimo previsto por los analistas- en que la "inflación es demasiado baja y el paro demasiado alto". Y calificó la situación de "decepcionante". Además, los estímulos monetarios empujarán a la baja el dólar y encarecerán el euro, que ya se encuentra en un nivel históricamente alto. De hecho, el euro subió un 1% tras conocerse las medidas de la Reserva Federal y alcanzó los 1,41 dólares. La apreciación de la moneda única supone una amenaza para la recuperación europea y un lastre para las exportaciones.
El premio Nobel de Economía Robert Mundell fue un paso más allá y vaticinó que las medidas de la Reserva Federal se traducirán en deflación en Europa, lo que empeorará la situación de la deuda soberana. En este sentido, Mundell opina que el mandato único del BCE de controlar la inflación puede impedir que la organización presidida por Jean-Claude Trichet frene el avance del euro.
En cambio, la Reserva Federal toma sus decisiones en relación a la inflación y también al mercado laboral. La tasa de paro se encuentra en el 9,6%, un nivel muy alto para EE UU. Y, en la medida que la Reserva Federal no tiene prácticamente margen para reducir los tipos de interés, que se encuentran entre el 0% y el 0,25%, la autoridad monetaria utiliza formas alternativas para insuflar billetes verdes en el mercado.
Los analistas consideran que inyectar 600.000 millones a la economía equivale a rebajar más de 75 puntos básicos los tipos. De hecho, la semana pasada, el Tesoro de EE UU vendió por primera vez bonos a cinco años ligados a la inflación a un tipo de interés real negativo.
Más información en las Páginas 22 y 23
La autoridad monetaria teme la alta tasa de desempleo
La pelota, ahora, está en el tejado del BCE
Tras la reunión de la Reserva Federal hoy le toca el turno al Banco Central Europeo (BCE), que recibe presiones para que aplique medidas similares a las Ben Bernanke. Sin embargo, los analistas opinan que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet mantendrá su política de eliminación gradual de la compra de deuda pública, una medida que adoptó con carácter excepcional en mayo. Por otro lado, los expertos también rechazan que el BCE anuncie cambios en su política de liquidez para los bancos. En cualquier caso, todo apunta a que la autoridad monetaria de la zona euro mantendrá hoy los tipos de interés en su nivel actual, en el 1%. De momento, la inflación en la zona euro, la máxima preocupación para el BCE, se encuentra en un nivel óptimo en torno al 2%. Por otra parte, también hoy se reúne el Banco de Inglaterra y los expertos no prevén que aplique medidas en la línea de la Reserva Federal.Y mañana será el turno del Banco de Japón, cuya principal preocupación pasa por evitar que las medidas de estímulo económico en Estados Unidos provoquen una apreciación del yen.