Europa pone fecha de caducidad a los sistemas de pago nacionales
Europa ha puesto fecha de caducidad a los sistemas de pago nacionales. El Banco Central Europeo (BCE) desea que los estándares regionales se apliquen a todas las transferencias a finales de 2012 y a las domiciliaciones un año más tarde.
Las autoridades europeas quieren una unidad de pagos verdadera en Europa. Que la aceptación universal del euro no se limite a las carteras y los monederos de la gente. Y para lograrlo han decidido fijar una fecha de caducidad a los sistemas nacionales de pagos electrónicos.
La Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) han diseñado junto a la industria financiera la zona única de pagos del euro (SEPA, en inglés). Esta iniciativa fija una serie de estandares tecnológicos comunes a los pagos electrónicos en toda Europa. Estos requisitos sustituirán a los fijados en cada país y permitirán lograr la unidad efectiva de uso, tal y como ya existe en los pagos con monedas y billetes. En España, los pagos automatizados se rigen por el llamado Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE).
Fruto de estos cambios han aparecido tres novedades en los sistemas de pagos de Europa: las tarjetas con chip, así como las domiciliaciones y las transferencias SEPA.
¿Y qué ventajas obtiene el usuario de este cambio? Cualquier persona, física o jurídica, podrá con la llegada de la SEPA unificar todos sus pagos electrónicos en una única cuenta. Así por ejemplo, un alemán con un chalet en Baleares podrá tramitar el pago del IBI al ayuntamiento de turno o el recibo de la luz desde su cuenta en Munich y no tendrá ya necesidad de abrir cuenta en ninguna oficina de las islas. O una empresa nacional con negocios en Portugal o Italia podrá pagar a sus proveedores desde su caja española de toda la vida, sin necesidad de abrir cuentas en esos dos países.
Las transferencias SEPA (SCT, en inglés) fueron introducidos en 2008. Sin embargo, su aceptación sigue siendo residual dos años después por parte de la industria bancaria. A cierre de agosto, sólo un 9,3% de las operaciones se procesaban siguiendo este estándar. Para el común de los usuarios, la única diferencia es que al tramitar una orden se debe indicar a su entidad el número internacional de cuenta bancaria (IBAN, en inglés) en lugar del tradicional código de cuenta cliente (CCC).
La aceptación de los adeudos SEPA (SDD, en inglés) es prácticamente inexistente. Menos de un 1% de las domiciliaciones europeas utilizan el estándar regional.
Para espolear la adopción de estos parámetros, el BCE anunció hoy que ha decidido fijar dos fechas límites de adaptación: todas las entidades de crédito deberán operar con transferencias SEPA a finales de 2012, mientras que los adeudos SEPA deberán ser de uso generalizado en los últimos meses de 2013.
La migración de las tarjetas ya está prácticamente concluida en Europa. Las entidades de crédito españolas, que son uno de los colectivos más retrasados, habían incorporado el chip a la mitad de sus 74 millones de tarjetas en circulación finales de septiembre. Entre tanto, todos los cajeros y terminales punto de venta (TPV) han sido adaptados.
El nuevo estándar -llamado EMV en honor a Europay Mastercard y Visa- ofrece mayor seguridad en las compras puesto que, en lugar de firmar, el cliente debe validar sus compras con tarjetas tecleando su pin.