_
_
_
_
Simón Reyes. Director general de ESIC

"Lo difícil no es hacer un coche, sino venderlo"

Lleva 40 años vinculado a esta escuela. Es su vida, y su mayor desvelo es que sus alumnos aprendan a dirigir con ética.

Dice tener la misma plenitud y la misma ilusión que un chaval de 20 años. Simón Reyes tiene 71 años, dirige desde hace dos décadas ESIC y confía en estar al frente de esta escuela de negocios unos cuantos años más. Sabe vender y venderse. Por algo es un experto. El día 30 de septiembre recibirá en la puerta de la escuela donde vive (y no es una metáfora) a una nueva hornada de alumnos.

¿Sigue habiendo interés por la formación de posgrado, a pesar de la difícil situación económica que se vive?

Ha habido interés, la verdad es que hemos superado, no mucho, los números de años anteriores, debido a que tenemos precios competitivos y una parte importante de los alumnos que vienen a la escuela lo hacen ayudados financieramente por las empresas en las que trabajan. No hemos notado este año la crisis. Y es una suerte. También hemos realizado una renovación en casi todos nuestros programas.

¿Qué han modificado?

Sobre todo estamos incidiendo mucho en los temas de habilidades y tecnológicos. También le estamos dando una vuelta al tema de los valores, en el que nunca nos cansaremos de insistir. Tener valores es primordial en esta vida. También hemos hecho un gran esfuerzo en un MBA que tenemos en negocios digitales, que está siendo muy bien aceptado, y lo vamos a impartir en Barcelona y Madrid. Coge fuerza un máster que tenemos en Logística y hemos renovado el programa en Comercio Internacional, el de Recursos Humanos y el de Finanzas.

¿Era necesaria toda esta renovación?

Era oportuna, porque cuando vemos que las empresas de corte tradicional también están viviendo un cambio de modelo, cada tres o cuatro años, nosotros nos hemos de adaptar a esa nueva realidad. Lo hacemos con prudencia y cambiamos elementos que consideramos fundamentales para el futuro directivo. Cada vez es más importante que los profesores tengan experiencia en mercados internacionales. Por ello, el 50% del profesorado del MBA es extranjero. Ahora estamos incidiendo mucho con China, y estamos trabajando con profesores de la Universidad de Shanghái.

¿Qué transformaciones están viviendo las empresas españolas?

Las empresas presentaban un modelo mucho más estable, con perspectiva. Ahora han de estar atentas a los movimientos del mercado, han de poseer capacidad de adaptarse con rapidez a las nuevas realidades y tener flexibilidad, porque la interconexión entre las empresas se acelera. Los directivos deben tener esa agilidad para responder a esas exigencias. En España hay miedo al fracaso, es una vergüenza reconocer que se ha fracasado, cuando tiene que ser todo lo contrario. Si uno se equivoca, se empieza de nuevo, no pasa nada. Cada vez más, las empresas toman en cuenta la fuerza de los usuarios, la opinión de los clientes, del seguimiento que hacen de sus productos, porque el consumidor está más sensibilizado, ya que las redes sociales son una fuente de información que cobra fuerza. Las escuelas de negocios debemos tener gente preparada, con rigor científico, con un profesorado cercano a la realidad. No podemos pararnos.

¿Cómo forman al profesorado?

Es gente muy bien preparada a nivel académico, líderes de empresa con amplia experiencia profesional. En ESIC trabajamos para que los departamentos den apoyo realmente al profesorado. Han de apoyar, ayudar, facilitar el trabajo y las investigaciones a los docentes para que tengan al día sus conocimientos.

¿Qué ventajas tiene una escuela especializada frente a una de corte más generalista?

Es una escuela de gestión empresarial, especializada en marketing. Hemos tomado la bandera del marketing para darle rigor científico a esta asignatura. Escuelas generalistas hay muchas, pero es bueno que una escuela se distinga por algo. Somos generalistas, aunque nos distinguimos por ser los mayores expertos en esta disciplina, pero abordamos todos los temas, desde finanzas a recursos humanos. En la titulación de grado de Publicidad hemos añadido otra titulación, la de Dirección de Empresas. De esta manera el director general también sabe de marketing.

En estos momentos las empresas están preocupadas por vender, ¿es un área en alza?

Hace 45 años, cuando fundamos la escuela, vimos que el marketing era una técnica de comunicación, pero no sólo eso, es una forma de entender la empresa de cara al mercado. Hacer un coche no es difícil, lo difícil es hacer que se venda. El marketing es urgente, es mucho más que la pura venta, es una forma de entender la empresa.

¿Es el momento de parar y reflexionar?

Es urgente pedir responsabilidades, y que todo el mundo asuma la responsabilidad de sus decisiones. No se trata de ganar dinero sea como sea. Es importante que los jóvenes sepan manejar el poder que se les otorga cuando llegan a directivos, que sean responsables. Deben saber atender a todos los componentes de la empresa, y no sólo a su propio interés. Hay que luchar por que las buenas prácticas se impongan. ¿Por qué las prisas por el corto plazo? æpermil;sa es una idea errónea, debemos que hacerles ver que teniendo un comportamiento ético se puede ganar dinero. Las cosas hay que hacerlas bien.

"Hay que humanizar los negocios"

Es un entusiasta de la gente joven, con la que le gusta compartir vivencias. ESIC abre su biblioteca por las noches, y acostumbra a aprovechar ese momento para charlas con los alumnos. No para de aconsejarles, siempre que tiene ocasión, que no caigan en la tentación de meter la mano en el cajón. "El éxito en los negocios no se opone a los planteamientos éticos, hay que ser dignos del puesto de responsabilidad que te han concedido". Y aboga por la humanización del "complejo mundo de los negocios, donde hay que obrar con transparencia, siendo buenos competidores".Para Simón Reyes, el camino de una empresa ha de tener recorrido porque, si no, se corre el peligro de "coger atajos, y eso es el desastre". También asegura que el éxito de su escuela de negocios se debe, además de a la calidad de la formación, a los precios competitivos de los programas. Un máster cuesta 20.000 euros, "podríamos cobrar más, pero no nos parece bien", y un programa de grado, 7.000 euros. "No queremos que el tema económico sea una traba para estudiar".

Archivado En

_
_