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La opinión del experto
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La conquista del exterior

Carlos Dafauce expone los condicionantes a los que se enfrentan los gestores españoles que salen al extranjero y analiza a una nueva generación más preparada para abandonar su país

En mi anterior vida en el ámbito de la banca padecí lo difícil que resultaba vender a inversores la idea de la internacionalización de las grandes empresas españolas. Desde hace muchas décadas, ha habido una cierta presencia internacional de las compañías españolas. Básicamente, en sectores exportadores de productos en los que hemos tenido una ventaja competitiva, así como en banca, a través de oficinas de representación en sitios clave para dar apoyo a sus clientes.

La otra cara de la moneda eran los viajantes internacionales, que se pateaban y afanaban por abrir mercados por todo el mundo, así como una élite semidiplomática de banqueros con idiomas desplazados estratégicamente. Sin embargo, no recuerdo una salida estructurada del Corporate Spain hasta principios de los noventa.

Es un hecho, evidenciado por los índices que ponderan el impacto de los intercambios comerciales con otros países y de la inversión exterior, que, en la actualidad, la internacionalización de la empresa española se encuentra en términos absolutos entre las mayores del mundo.

Hoy en día, son muchas las grandes empresas españolas de probado éxito internacional que han empezado a crear equipos de staff internacional nutridos por un número creciente de extranjeros. El hecho de que el español sea en el mundo occidental la segunda lengua está ayudando indudablemente a conseguir este objetivo. Eso, y que los españolitos no estábamos muy dispuestos a embarcarnos en una aventura internacional "sin fecha cierta de retorno".

Y es que, como en el caso de los conquistadores, la decisión de salir del entorno conocido casi siempre precisa necesidad y valor, pero para hacerlo con éxito también requiere otros presupuestos. Vamos a asumir que existen ventajas competitivas o un know-how que lleva a confiar en el triunfo del producto o servicio en otros mercados. El factor crítico va a ser saber si se cuenta con el músculo financiero y el capital humano adecuados para la aventura empresarial lejos de nuestras fronteras.

Me centraré en el segundo factor, el capital humano. Efectivamente se tiene que contar con una superabundancia de buenos gerentes que puedan hacerse cargo de la gestión y del control de las empresas filiales, ya que si no, se corre el riesgo de descapitalizarse en la cabeza. Pero las competencias duras no son suficientes a la hora de embarcase en una aventura internacional. En algunos casos es fundamental el dominio de idiomas, aunque no siempre. Muchas multinacionales españolas han comenzado a dar sus pasos en Latinoamérica, donde este requisito no es prioritario, lo que amplía el número de directivos deslocalizables. No obstante, sorprende que todavía, pese al terremoto sociocultural acontecido en España con segundas generaciones de emigrantes y aumento de los turismos bidireccionales, matrimonios con extranjeros, becas Erasmus, MBA cursados en el exterior y tantos otros cambios presenciados en los últimos 20 años, no se haya producido hasta la fecha esa superabundancia de capital humano a movilizar por los cinco continentes. Yo lo atribuyo al sistema educativo español, que entre otras materias sigue suspendiendo en idiomas, y a una reticencia superior a la media de los países desarrollados a desplazarse fuera del entorno familiar y social.

Pero para triunfar definitivamente hay un factor si cabe tan importante como el del idioma y la voluntad de salir del entorno. Es la capacidad de adaptación a otras culturas, a sus usos y costumbres. Continuando con el ejemplo de Latinoamérica se puede hablar el mismo idioma, pero muchas veces no se quiere decir lo mismo. Aprender a surfear las sutiles olas culturales que afectan a temas tan importantes como la predominancia del grupo o el individuo en la toma de decisiones, su timing, afectos y relaciones, muchas veces no es fácil. Presupone unas habilidades interpersonales de empatía, comprensión, entendimiento y gestión de la diversidad y de la ambigüedad, paciencia, flexibilidad y receptividad personales, que superpuestas a los otros requisitos mencionados reducen substancialmente el pool de recursos disponibles para hacer la cosas bien.

La larga crisis que nos espera en España por otra parte puede ser el revulsivo que faltaba para que las nuevas generaciones se animen a dar el salto al exterior desde jóvenes y estén dispuestos a largas carreras internacionales, como las que desde hace muchos años han desarrollado profesionales británicos, holandeses, nórdicos, italianos, etcétera. Lo importante es que ese capital humano sea captado por nuestras empresas y no tengan que hacer carrera en multinacionales con la sede central en otros países.

España sigue teniendo indudablemente encanto y no pretendo que los jóvenes se muden al sentir inglés desde su época colonial, resumido en la frase de Lord Byron: "Dejo Inglaterra sin pesar y volveré a ella sin ganas". Pero un cierto cambio de actitud no nos vendría mal para enfrentarnos a los nuevos tiempos.

Carlos Dafauce. Socio de Boyden

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