Obama propone nuevos estímulos fiscales a la inversión para apoyar a las empresas
Presionado por un clima económico incierto y unas elecciones en las que está en juego la mayoría demócrata en el Congreso, el presidente de EE UU, Barack Obama, tiene previsto anunciar hoy en Cleveland (Ohio) una serie de estímulos fiscales para las empresas cuyo objetivo es facilitar la creación de empleo.
Obama quiere incrementar y hacer permanente un crédito fiscal para fomentar las actividades de I+D que ayuden a desarrollar nuevas tecnologías en el país y crear o mantener puestos de trabajo en EE UU.
Adicionalmente, la Administración quiere que durante los dos próximos años, las empresas puedan deducirse los costes totales de las inversiones en nuevos equipos, algo que debería repercutir positivamente en la demanda de bienes y dará salida de forma productiva a la liquidez de muchas grandes empresas.
La primera de las medidas tendría un coste de unos 100.000 millones de dólares (78.600 millones de euros) que la Administración quiere que se compense cerrando agujeros fiscales para que no suponga aumentar aún más el elevado déficit presupuestario. El segundo de los estímulos supondría una caída de 200.000 millones (157.160 millones de euros) de ingresos en 10 años. Es algo que la Casa Blanca también quiere compensar para rebajar el coste a 30.000 millones de dólares.
Los esfuerzo de Obama tienen pocas posibilidades de pasar el muro de la oposición en el Congreso que tiene que aprobar estos estímulos. El problema es que aunque la minoría republicana siempre ha abogado por este tipo de recortes, en la precampaña están transmitiendo (con éxito) que los esfuerzos de Obama pasados y futuros son tan baldíos como caros para el deficitario país.
A Obama, el revés no le llega solo desde la oposición. Peter Orszag, quien hasta julio fue responsable del presupuesto de la Casa Blanca, publicó ayer en The New York Times un artículo en el que abogaba por mantener íntegros dos años más los recortes fiscales de George Bush por puro pragmatismo. Los republicanos no quieren que se eliminen y Obama quiere mantenerlos solo para rentas medias. Orszag, dice que tras dos años se han de eliminar para todos (el coste de mantenerlos a 10 años sería de tres billones) y habría que subir impuestos o crear un IVA.