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Columna
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Los nuevos costes de Petrobras

El grupo petrolero -controlado por el Estado- deberá transferir 17.000 millones de dólares al Gobierno brasileño, un exceso de pago por la explotación de los 5.000 millones de barriles de las reservas de petróleo. Esto elevará también las acciones estatales. Más que un instrumento estatal, el grupo está buscando un vigilante para los intereses de los accionistas.

Un año después de haberse anunciado el plan de capitalización, los accionistas de Petrobras están viendo la luz. La noticia ha generado alivio, tras la caída de los títulos el jueves. Pero la noticia, en general, no es buena. A 8,51 dólares por barril, Brasil se está cargando, más de la cuenta, su empresa petrolera en cautiverio por las reservas. Un certificador externo tendrá la oportunidad de justificar ese valor, un precio más razonable puede ser al menos de 5 dólares por barril. Esto significa que el Gobierno ganará a expensas de los accionistas de Petrobras. El acuerdo requerirá una aportación del Ejecutivo de 42.500 millones de dólares para las nuevas acciones.

Los inversores privados, probablemente, verán reducir su interés -de más de dos tercios-, ya que no estarán dispuestos a comprar los nuevos títulos adicionales y necesarios para mantener su participación. Son más de 25.000 millones de dólares de dinero en efectivo, lo que elevaría su participación por debajo del 60%. El Gobierno, después de todo, es propietario de la mayoría de las acciones con derecho a voto.

Es un riesgo, sin embargo, para Brasilia impulsar demasiado a los accionistas de Petrobras. Incluso con un aumento rápido del flujo de efectivo, se necesita alrededor de 58.000 millones de dólares en 2014 para cumplir su ambicioso objetivo de gasto de capital. El aumento del efectivo debe ser un alivio para una compañía que espera duplicar su producción en 2020. Pero los inversores perderán el entusiasmo si perciben que sus intereses pasan a una segunda posición frente a los del Gobierno.

Christopher Swann

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