Las exportaciones españolas a los emergentes suben al 10% del total
Los exportadores españoles han puesto a los países emergentes en su punto de mira. En el primer semestre, las ventas fuera de la zona euro han crecido un 19%, han tocado máximos en cinco años y ya suponen el 10% del total. Los mayores crecimientos se han dado en Turquía y China, con incrementos superiores al 30%.
La zona euro, refugio tradicional de los exportadores españoles, se ha convertido en un sitio poco seguro. La crisis económica, en primer término, y los duros planes de ajuste para reducir el déficit fiscal han frenado el crecimiento experimentado por las compras en trimestres anteriores. En el otro lado, las economías emergentes están avanzando a tasas superiores al 3%, con una fuerte demanda de bienes y servicios.
Conscientes de este cambio, los exportadores españoles comenzaron el pasado año a reorientar sus ventas hacia las zonas del mundo menos castigadas por la crisis económica. Así se puede constatar en los datos de la balanza comercial española, correspondientes al primer semestre de 2010, en los que las ventas a la zona euro han perdido un punto en su aportación al total de las exportaciones (del 57,6% al 56,5%), mientras que las destinadas a países fuera de la eurozona han crecido más de un 20% y han ganado un punto hasta el 43,5%, lo que supone el nivel más alto de los últimos cinco años.
Y en la consecución de este hito ha jugado un papel relevante el auge de países emergentes, que se han convertido en compradores preferenciales de las empresas españolas, como Turquía, Marruecos, China, Oriente Próximo, Brasil, Rusia o India, a los que se destina ya el 10% de las ventas. Especialmente significativos son los casos de Turquía, que se ha convertido en el segundo socio comercial de España, con unas ventas de 1.708 millones entre enero y junio (prácticamente igualado conMarruecos), o los países del Golfo Pérsico, que ya absorben el 3% de las exportaciones. Con un fuerte incremento del PIB sostenido en las reservas de petróleo que poseen, estos países se han convertido en un refugio importante para las empresas constructoras y de servicios por el importante crecimiento que están experimentando.
Turquía es ya el segundo mayor socio fuera de la Unión Europea tras EE UU
La salida hacia los emergentes también ha servido para diversificar las exportaciones, muy concentradas hasta el momento en automoción, productos químicos y bienes de equipo, que suponen prácticamente el 60% del total.
Un ejemplo que ilustra esta tendencia es la distribución de las ventas a Marruecos. El 30% de las exportaciones están vinculadas al sector de la moda, el segundo más importante en las relaciones bilaterales, por la fuerte deslocalización de compañías españolas. Entre los diez primeros sectores también figuran los proyectos medioambientales y de energía o los vinculados al equipamiento del hogar, ante las expectativas de crecimiento del sector de la construcción.
La apertura hacia los mercados emergentes también ha proporcionado oportunidades de internacionalización a sectores que tradicionalmente estaban centrados en el mercado interno. Así ha ocurrido con las empresas fabricantes de pan, que han encontrado una vía alternativa de negocio en países como India, Turquía o Brasil, a los que han logrado vender 19, ocho y cinco millones de euros entre enero y junio, respectivamente.
Los precios lastran la competitividad
La economía española parece haber dejado atrás el riesgo de deflación y ahora se encamina hacia una senda de crecimiento de precios. En julio, el IPC se elevó hasta el 1,9%, lo que supone el nivel más alto en dos años, y ese incremento también se ha trasladado a la inflación subyacente (aquella que no tiene en cuenta la evolución de los productos energéticos ni de alimentos frescos), al situarse con un alza del 0,8% en julio, el nivel más alto en un año.Ese aumento de precios ha provocado que el diferencial de precios de España con la Unión Europea, que se mantuvo en tasas negativas durante la parte más dura de la crisis económica, haya vuelto a tasas positivas en los últimos meses y se haya situado dos décimas por encima en julio, último dato disponible. Y las previsiones de la mayoría de analistas apuntan a que seguirá al alza en los próximos meses.Un factor que puede lastrar la competitividad de las exportaciones a la UE. Este índice, que mide trimestralmente el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, había mostrado ciertos signos de recuperación en julio, al llegar al nivel más bajo (un descenso supone una ganancia de competitividad) en un año por la depreciación del euro frente al resto de monedas de la UE.