Los caminos divergentes de Trichet y Bernanke
Mientras el BCE da pasos hacia la restricción monetaria, la Fed prolonga los estímulos
Más allá del impacto en los mercados, las decisiones de esta semana demuestran la cada vez mayor divergencia entre las dos principales autoridades económicas del mundo. Aunque sea con pasos de pequeño calado, Bernanke y Trichet caminan en sentidos opuestos; el primero prolonga los estímulos a la actividad y el crédito mientras el segundo busca normalizar el mercado.
Sólo unas horas antes de que hablase Bernanke, y con bastante menos parafernalia mediática, un comunicado del BCE mostraba cómo el banco sigue con el plan previsto de drenar liquidez del mercado. En las subastas de liquidez a una semana y un mes el BCE prestó 175.000 millones de euros a las entidades financieras, unos 11.300 millones de euros menos de lo que tenía prestado hasta el momento. En paralelo, el plan para recomprar deuda pública sigue congelado -lleva varias semanas en las que las compras son insignificantes- y, en todo caso, el banco toma prestado dinero del mercado para compensar lo que gasta adquiriendo deuda. A pesar de que lo ha hecho sólo por 60.500 millones de euros. "Con las actuales reducciones de liquidez, el BCE está tolerando la reducción de su balance. Este proceso prolongará la tendencia alcista de los tipos de interés a corto plazo", comenta Citi.
Por otra parte, la Reserva Federal de EE UU ha decidido reinvertir en el mercado de deuda pública los fondos derivados del vencimiento de los activos hipotecarios que ha adquirido durante la crisis. No es una expansión del balance de la Fed; no imprimirá dinero nuevo porque el volumen de activos de la Fed no se verá alterado. Pero es una señal muy clara: renuncia a apretarse el cinturón, y no es descabellado inferir que, si ya ha cambiado sus planes por el deterioro económico actual, lo hará de nuevo si éste se acentúa. La decisión, en todo caso, tampoco es irrelevante en términos financieros. Según cálculos de Bank of America, las reinversiones a las que dará lugar la decisión de ayer supondrán comprar 340.000 millones de dólares en deuda pública (260.000 millones de euros).
"Nuestra visión es que la reinversión anunciada no supondrá suficiente estímulo adicional, y si las perspectivas siguen empeorando, la Fed iniciará una nueva ronda de compras de activos", señala Barclays. Aunque otros expertos, como los de ING consideran que un movimiento de este tipo es poco previsible dado que los tipos de los bonos ya están en mínimos.
Cabría pensar que la diferencia de políticas obedece a las distintas velocidades del crecimiento en ambas áreas. Pero las perspectivas son mejores en EE UU. Según las proyecciones del FMI, el área euro crecerá el 1% este año y el 1,3% el año que viene, por un 3,3% y 2,9% en EE UU. La diferencia es, quizá, cultural e histórica. Mientras que el BCE es heredero del Bundesbank, y su compromiso es con la estabilidad de precios -fruto de la hiperinflación germana de los años 20- ayuda a comprender su política de retirada de estímulos, Ben Bernanke es un estudioso de la Gran Depresión de los años 30, y quiere evitar a cualquier precio un proceso deflacionista.
Las cifras
586.000 millones de euros es la liquidez que el Banco Central Europeo mantiene inyectada en el sistema financiero, según Barclays.111 bancos pidieron dinero a un mes al tipo del 1%. El BCE prestó 153.000 millones de euros.