La emergencia fiscal de California
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, prepara una artillería pesada ante la crisis financiera estatal. Ha declarado el estado de emergencia fiscal y ha ordenado tres días de licencia al mes a partir de agosto a los empleados estatales (excepto bomberos y policías) para atacar el alto número de empleados, sus salarios y el coste de los beneficios. California ya tiene altos impuestos y sólo una acción feroz sobre el gasto evitará una tragedia como la griega.
Esto constituye una renovación de la política implantada para el año fiscal que terminó en junio. La reducción de la jornada ayudará a preservar el efectivo que de otro modo se obtendría en octubre. Así el Estado retrasaría su obligación de emitir pagarés para cubrir las deudas.
Los Gobiernos de los Estados de EE UU se encuentran en serias dificultades por la profunda y larga recesión. El problema de California y sus municipios es que ha elevado el gasto de forma constante y más rápidamente que los ingresos del Estado en varias décadas. Su gasto estatal y local se ha aumentado del 18,2% en 2000 al 25,5% del PIB estatal, según lo estimado. En ese nivel, los impuestos luchan por mantener el ritmo. Y su calificación crediticia es la más baja de los 50 estados.
El aumento del gasto ha sido provocado por la expansión de las funciones del Gobierno y la subida de la remuneración de los empleados estatales y de sus beneficios. Los costes salariales de éstos y de los locales del Gobierno nacional se han elevado 6,5 puntos porcentuales desde 2001, más rápido que en el sector privado. Además, tiene un problema particular de pensiones estatales generosas (aprobada en 1999) que permite la jubilación después de 22 años de servicio. Esto ha producido un déficit estimado en 500.000 millones de dólares.
California necesita soluciones a largo plazo para su problema de financiación, pero es poco probable que se produzcan antes de las elecciones a gobernador en noviembre.
Por Martin Hutchinson