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Los inversores esperan su llegada

La Bolsa se convierte en la meca de las cajas de ahorros

El futuro de las cajas de ahorros pasa por la Bolsa. Es, al menos, el convencimiento que existe entre los expertos después de que el pasado miércoles el Congreso aprobara la reforma de la ley de cajas. "Es lo más interesante de todas las acciones que se han acometido en los últimos meses, como el FROB, el cambio en la regulación de provisiones o los test de estrés. No había otra salida", dice un analista.

El objetivo del cambio regulatorio no es otro que facilitar la recapitalización de las entidades financieras y una menor dependencia política. "La principal vía de recapitalización de las cajas es vía reservas, y con la situación actual es difícil generar beneficios", explica Antonio Carrascosa, director de la unidad de cumplimiento regulatorio de PricewaterhouseCoopers.

Para captar dinero y mejorar su situación, las cajas podrán optar por emitir cuotas participativas, pero con derechos políticos -algo que no se contemplaba hasta ahora y que se ha incluido para hacerlas más atractivas- o por la creación de un banco con el fin de segregar la actividad de obra social del negocio financiero, que se sacaría a Bolsa. "Me parece más acertado la bancarización desde el punto de vista del inversor. El accionista recibiría títulos y sabría si percibiría dividendo. En las cuotas participativas hay muchas incógnitas", explica Jordi Fabregat, profesor del Esade.

La decisión de elegir una alternativa u otra "dependerá mucho de la necesidad de capital que tenga la entidad", explica Susana Felpeto, de Atlas Capital. Pero el gremio ya se ha pronunciado al respecto. El director general de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (CECA), José Antonio Olavarrieta, reconoció la semana pasada la dificultad que suponía colocar las cuotas participativas en el mercado, sobre todo entre los inversores internacionales.

El mercado, en cualquier caso, se encuentra en una situación difícil para asumir más papel. Hoy mismo, la CECA ha iniciado un road show con analistas en Londres, Bruselas, París, Fráncfort y Múnich con el fin de explicar la reforma de la de la ley de cajas e ir preparando el terreno para las futuras ofertas. "Tienen que convencer a un mercado que ahora tiene aversión al riesgo. Va haber mucho papel del sector financiero, no sólo de las cajas de ahorros, sino también de los bancos, que deberán hacer ampliaciones de capital", explica Antonio Carrascosa. Las entidades tienen que afrontar las dificultades de crecer en un momento donde la morosidad sigue repuntando, y adecuarse a la entrada en vigor de la nueva normativa de recursos propios, conocida como Basilea III, a finales de 2012, que exigirá más capital, y de mejor calidad, y que penalizará las participaciones industriales.

De momento, la respuesta de los inversores no ha podido ser mejor y más inmediata. El viernes, Caja Navarra anunció un acuerdo con la firma estadounidense de capital riesgo JC Flowers para que suscriba 450 millones en deuda convertible en acciones del grupo español.

Pero si las cajas emitieran papel en Bolsa en el corto plazo, "sería difícilmente asumible", según indica Susana Felpeto; el sector bancario ha caído el 59% en tres años de crisis. Pero el proyecto de las cajas apunta más al medio plazo.

Para los expertos sería imprescindible que acudieran a las salidas a Bolsa de las cajas inversores institucionales, cualificados, y en ese sentido, el resultado de los test de estrés se va a convertir en una buena guía para la toma de decisiones. "No va a ser fácil, pero el examen a la banca puede dinamizar las cosas", explica José Manuel Pazos, director de Omega IGF.

Que las cajas estén en Bolsa, significa para los analistas, también, igualar las condiciones de todo el sector. "Competirán con los bancos en condiciones similares, y cotizarán las distintas situaciones que se den el mercado", resume Felpeto.

La experiencia de la CAM y La Caixa

La presencia de las cajas de ahorros en la Bolsa, aunque sea de forma testimonial, se remonta a octubre de 2007, justo cuando la crisis financiera comenzaba a dar los peores coletazos. La Caixa decidió sacar en ese momento a Bolsa su holding industrial, Criteria. Ya los inicios del valor fueron difíciles, porque tuvo que situar el precio del estreno en la parte más baja de la banda prevista ante la presión de los institucionales. Debutó en tablas y al cierre del viernes acumulaba una caída del 29%. Telefónica y Repsol, que están entre los valores que forman su cartera de participadas, han caído el 1,30% y 18,6% en el mismo periodo. Sin embargo, desde marzo de 2009 Criteria ha mantenido una trayectoria ascendente que le han permitido recuperar el 95%.La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) desafió más aún al mercado sacando a cotizar cuotas participativas en julio de 2008, las únicas del mercado, y en medio de una rebaja de calificación de S&P.También concluyó en tablas el primer día, pero sobre el último cierre, registra una subida de sólo el 1% en estos dos años. Es destacable en este valor el escaso seguimiento que tiene por parte de los analistas. Desde su aparición en el mercado ningún analista ha emitido recomendación alguna, según recoge Bloomberg.

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