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Juan Manuel López Carbajo

Un profesional de los impuestos

Su gran logro fue cerrar el nuevo modelo de financiación autonómica. Discreto y dialogante, este inspector de Hacienda combate el fraude desde la dirección de la Agencia Tributaria

Un profesional de los impuestos
Un profesional de los impuestosCINCO DÍAS

Aviso a los defraudadores: no existe la impunidad, corren riesgos, y la posibilidad de que se les descubra es cada vez mayor. Juan Manuel López Carbajo es desde el pasado 30 de abril el azote de los defraudadores. Al frente de la Agencia Tributaria, deberá desarrollar el nuevo plan contra el fraude -emisión de facturas falsas, engaños a la Seguridad Social, detección de falsos autónomos- y asegurar que las subidas fiscales aprobadas por el Gobierno se traducen en más ingresos tributarios. El fraude "es el principal enemigo de la justicia y la solidaridad del sistema fiscal", opinaba López Carbajo en un artículo publicado el pasado domingo 11 en el diario El País. Probablemente, la primera tribuna de un director de la Agencia Tributaria publicada en un periódico. Y de la pluma de un profesional que siempre se ha mantenido alejado de los focos. Tan discreto que cuando fue presentado en abril de 2008 como secretario general de Política Territorial, los fotógrafos preguntaban quién era López Carbajo.

Cualquiera en el ministerio le podría haber señalado, porque López Carbajo es un técnico de la casa. Un profesional de los impuestos que ha desarrollado su carrera en el ámbito del Ministerio de Economía y Hacienda. Su trabajo discreto le ha servido para ganarse la confianza de la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, que le encomendó la negociación de los acuerdos de financiación autonómica, y del secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos y presidente de la AEAT, Carlos Ocaña.

La decisión de abrir una opinión en la prensa o la remodelación profunda que ha iniciado en el equipo que ha heredado de Luis Pedroche son, para Francisco de la Torre, portavoz de la organización profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) una señal de que trae nuevas ideas a la Agencia Tributaria. Sus colaboradores valoran su competencia y accesibilidad. Es un profesional de perfil muy técnico que "no se las da de nada", dice uno de ellos. Una imagen que choca en el ambiente elitista que se respira en cierto niveles del Ministerio de Economía y Hacienda. De hecho, López Carbajo no tuvo inconveniente en apoyarse en un jefe de gabinete profesor de universidad, ajeno al ministerio.

Juan Manuel López Carbajo nació hace 54 años en Perilla de Castro, un pueblo de Zamora de unos 200 habitantes. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y pertenece a los Cuerpos Superiores de Inspectores de Hacienda y de Inspectores de Seguros.

Su fuerte son los impuestos. "Lo sabe todo del IRPF", apunta De la Torre, que fue alumno suyo en la Escuela de Hacienda Pública. Sobre todo, agradece a López Carbajo la claridad de conceptos. Conocimientos que ha plasmado en varios manuales de IRPF. "Es un profesional que se ha dedicado al diseño del sistema impositivo, más que a la aplicación directa", añade el portavoz de los Inspectores. El cuerpo estaba al tanto de sus elevados conocimientos técnicos del impuesto sobre la renta, ahora les ha quedado claro que también sabe mucho del Impuesto de Sociedades, de cuya reforma habla en El País, un planteamiento que gusta a los Inspectores. "Puede que no compartas su opinión, pero al menos ha abierto un camino", señala el portavoz.

En el ministerio, ha sido jefe de la Asesoría Tributaria y subdirector general del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en la Dirección General de Tributos, jefe del Equipo de Estudios del Fraude en el Departamento de Inspección de la Agencia Tributaria y director adjunto del Departamento de Organización, Planificación y Relaciones Institucionales de este organismo. Fue nombrado secretario técnico de la Comisión Mixta de Coordinación para la Gestión Tributaria entre las Administraciones tributarias del Estado y de las Comunidades Autónomas y desde abril de 2008, ocupó el cargo de secretario general de Financiación Territorial, dependiente de la Secretaría de Estado de Hacienda y Presupuestos. En este cargo, cerró el nuevo modelo de financiación autonómico, su gran logro.

"Es supercompetente y un trabajador al límite, pero sin agobiar", describe un colaborador suyo en esa época. Crea buenos ambientes de trabajo, en parte porque se interesa por los problemas de las personas con las que trabaja. Es, también, un jefe agradecido. El acuerdo sobre financiación autonómica mereció una celebración con vino español con sus colaboradores.

Era un tema delicado de cuadrar en el que López Carbajo demostró su talante dialogante. Su nombramiento al frente de la Agencia Tributaria fue bien acogido por los inspectores y los técnicos de Hacienda, que consideraban que después de seis de gestión de su antecesor, Luis Pedroche, el ciclo estaba agotado. A los inspectores les gusta que se haya rodeado de expertos con cierto prestigio, como Juan Cano (nuevo jefe de Inspección) o José María Messeger (director del departamento de Recaudación).

Casi tres meses después de su nombramiento, Gestha, sindicato de técnicos del ministerio, empieza a ver continuismo en su gestión. "Sigue mirando a otro lado respecto al fraude, usa la táctica de la pasividad y elude resolver los problemas de personal", asegura el secretario general, José María Mollinedo.

Transmite una imagen de intelectual y de persona afable, pero prefiere seguir siendo un desconocido para la opinión pública. Hasta ahora, ni ruedas de prensa ni entrevistas. Pocos detalles de su vida personal han trascendido, salvo que está casado y es aficionado al fútbol.

En su nueva responsabilidad, no le quedará más remedio que retratarse en cada comienzo de la campaña de la renta. Mientras, López Carbajo apela a la conciencia cívica para acabar con el fraude.

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