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Gobierno corporativo

CAM rechaza ceder el poder a Menéndez y abre una crisis en la fusión con Cajastur

El consejo de administración de Caja Mediterráneo (CAM) tomó ayer una decisión sobre el futuro de la entidad y de su acuerdo con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria cuyo alcance es una incógnita. El consejo de la entidad alicantina aprobó el contrato de integración propuesto por los asturianos "excepto algunos matices respecto a las condiciones de gobierno corporativo". En concreto, CAM ha dicho no a ceder sus competencias al consejero delegado del banco que se creará con la fusión, un puesto que ocupará Manuel Menéndez, presidente de Cajastur.

Varios consejeros de CAM venían mostrando en las últimas semanas su disconformidad por la manera en que se había plasmado en el documento final del acuerdo los poderes del consejero delegado. La caja que preside Modesto Crespo se limitó ayer a señalar que "reafirma la necesidad de que la soberanía que ceden las Cajas, la reciba y administre el consejo de administración del banco y, a través de éste, el consejero delegado".

En el comunicado público de CAM se intentaba trasladar un ambiente de normalidad, destacando el compromiso de la caja con el SIP acordado con el resto de entidades. Sin embargo las consecuencias de no aprobar el contrato de integración tal y como se presentó ante el Banco de España para pedir las ayudas del FROB (1.493 millones) no es un tema menor.

El resto de cajas aprobaron sin ningún matiz ni problema el contrato. Fuentes oficiales de Cajastur, tras conocer la decisión de CAM, advirtieron de que "el contrato de integración es un todo y o se acepta en su integridad o no se acepta". De hecho, según ha podido saber CincoDías el acuerdo que tenían los consejos sobre la mesa tiene una cláusula de integridad, que afecta tanto al articulado como a los anexos.

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