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Un año de la suspensión de pagos

General Motors saca músculo un año después de suspender pagos

El gigante automovilístico acelera su proceso de renovación y planea el regreso a Bolsa este mismo ejercicio.

Pocas cosas han sido mayor objeto de mofa que el anuncio con el que General Motors (GM) se presentaba como una empresa renacida dando los primeros pasos tras su salida de la suspensión de pagos. Aquel anuncio fue parodiado en Youtube. Se trucaron las imágenes y la voz en off para afirmarse que en el futuro, GM sería más japonesa.

El sábado se cumple un año del momento en el que la que fue una de las mayores empresas de EE UU durante décadas emergió de una rápida suspensión de pagos convertida en una corporación en un 61% en manos del Gobierno, fruto de las ayudas que recibió de éste para mantenerse a flote. Un año después de la suspensión de pagos, GM es, en efecto, quizá algo más japonesa que antes, ha registrado sus primeros beneficios desde 2007 y se prepara para salir a Bolsa y deshacer los lazos que le tendió el Gobierno.

El paso por los juzgados para solventar la suspensión de pagos dividió a GM en dos compañías: una inviable que aún está en los juzgados y cuyos activos se están liquidando, y la nueva GM que se presentó en sociedad como una empresa con una estructura más simple, menos esclerótica y con menos marcas. De ocho se pasaron a cuatro, aquellas que ofrecían rentabilidad, Chevy, Cadillac, GMAC y Buick. Saturn, Hummer y Saab fueron puestas a la venta y sólo la última consiguió un comprador.

Además, en el proceso de adelgazamiento se perdieron concesionarios, se pusieron los cimientos para ganar en eficiencia y se rebajaron los costes, sobre todo de mano de obra debido a que se segregó a un fondo que gestiona en nombre del sindicato, UAW, los gastos de sanidad para los pensionistas, según explican desde GM sin dar detalles.

El analista de Citi Itay Michaeli, estimaba en junio que los costes fijos por vehículo de GM han caído de 13.591 dólares en 2009 a 8.165. Y espera que siga disminuyendo hasta unos 6.726 dólares en 2012. Los analistas calibran en esas cifras la eliminación de los costes de la deuda, la consolidación manufacturera, y la mayor productividad. En el futuro, ésta se mantendrá porque el fabricante pagará menos a los nuevos trabajadores que contrate. Además, éstos no tendrán un sistema de pensiones similar al de los actuales, según acordaron con el sindicato. Es algo que hará a GM más competitiva frente a unos fabricantes japoneses instalados en EE UU cuyos salarios han sido siempre más bajos que los de Detroit.

Cambio en la cúpula

El equipo directivo cambió radicalmente lo que ayudó a hacer más ligeros los lastres del pasado. El volante lo lleva Edward Whitacre, sin experiencia en el mundo de la automoción pues procedía de la dirección de AT&T. Con los meses, y tras desavenencias con Fritz Henderson, el consejero delegado nombrado por el Gobierno de Barack Obama antes de la suspensión de pagos se hizo también con este puesto de mando. Henderson, un hombre de GM de toda la vida, dimitió porque no fue partidario de conservar Opel en la estructura del nuevo grupo, algo que Whitacre y el consejo objetaron porque si bien la filial europea perdía dinero, lo que GM no quería perder era la ingeniería de una empresa que es la base de la mayor parte de su éxito en China, un mercado clave. Chris Liddell, de Microsoft, se incorporó a la dirección financiera, y Steve Girsky, un veterano analista, es vicepresidente.

Un año más tarde, GM tiene 205.000 empleados en todo el mundo frente a los 243.000 que tenía a finales de 2008. En EE UU, la plantilla se ha reducido un 9% desde entonces, según el Center for Automotive Research. Progresivamente la compañía ha ido vendiendo o cerrando fábricas, pero las que ha mantenido están experimentando la llegada de los buenos tiempos gracias, entre otras cosas, a la progresiva renovación de una línea de coches que empieza a ser atractiva y que ha empujado al alza las ventas.

Un ejemplo es la planta de ensamblaje de Lansing en Michigan. Antes de suspender pagos la planta sólo operaba con un turno. Ahora tiene tres completos para montar tres coches: un Chevy, un GMC y un Buick. Sus trabajadores están aliviados porque hay empleo y porque hace apenas seis meses no se sabía si se iba a cerrar. Pero no. La situación ha cambiado y, de hecho, en otras plantas que durante el verano echaban el cierre durante dos semanas para evitar sobreproducción, también están de enhorabuena porque este año seguirán abiertas.

Los libros de GM recogen en el primer trimestre unos beneficios de 865 millones de dólares. "Hoy, tenemos una idea de GM clara y simple. Tenemos nuevos gestores y lo más importante, ganamos dinero", dijo satisfecho Whitacre, en una conferencia con inversores celebrada a finales de junio en la que mostraba que con el sentimiento de renovación ha llegado también el de una mayor ambición.

Desde GM no se quiere prometer que se van a mantener los beneficios, máxime en un ambiente tan duro como el actual, pero se trabaja en ello y en volver a cotizar en los mercados. De momento, en la empresa no se dan detalles, pero todo apunta a que además de volver con más bríos a la carretera, GM vuelva también a la Bolsa a finales de otoño.

Nuevas cifras y reflejos de marketing

A finales de junio, los directivos de GM dieron a conocer algunos datos relevantes a los 200 inversores y analistas a los que reunió en Warren, Michigan. Era la primera cita de este tipo desde su relanzamiento y la audiencia se enteró de que GM está vendiendo más coches con apenas cuatro marcas que hace un año cuando tenía ocho y eran 3.000 dólares más caros.Pero no todo son números. Según Steve Gisrky, GM ya no es la empresa esclerótica que era y lo ilustró con una anécdota. A principios de mes, Armando Galarraga, jugador de béisbol de los Detroit Tigers, hizo una jugada magistral que el árbitro erróneamente anuló. Fue la polémica de la semana en EE UU. GM se apuntó un tanto porque el responsable de ventas en EE UU regaló a Galarraga un Corvette el día siguiente, que salió en la portada de los periódicos. "En los viejos tiempos, esto habría tenido que pasar por tres comités", dijo Girsky.

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