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Pide el fin de la "irresponsable deriva de inestabilidad"

Aznar culpa a Zapatero del "lío" provocado por el Estatuto catalán

El ex presidente de Gobierno José María Aznar achacó hoy al PSOE y a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, toda la responsabilidad del "lío" que ha habido estos años en torno al Estatuto catalán pero cree que la sentencia del Tribunal Constitucional, aunque adolezca de exceso de ''interpretación'', marca los límites del Estado autonómico por lo que debe darse por concluida la "irresponsable deriva de inestabilidad y deterioro institucional".

En su intervención inaugural del Campus de Verano de la fundación FAES que preside, Aznar ha remarcado que el proceso estatutario catalán fue una "obra más bien chapucera de albañilería política", de la que exculpa a los nacionalistas, y que ha llevado al país a una "profunda sima jurídica y política".

Y todo, según explicó, motivado por el empeño de los socialistas de mantenerse en el poder.

Exculpa a CiU

A su juicio, "los responsables están en el partido que todavía gobierna en España y Cataluña y en quien dirige ese partido", José Luis Rodríguez Zapatero, y esta vez "no están en la formación mayoritaria del nacionalismo catalán (CiU), que no pujaba en su programa por un nuevo Estatuto". Y cree que "nadie debe dejarse engañar" por los motivos de todo ese proceso, que "no fueron un irresistible afán de poder de los nacionalistas, aunque lo tuvieran, ni una arrolladora pulsión secesionista que no se ha dado en Cataluña".

"Las motivaciones fueron mucho más prosaicas: afianzar, a costa de la estabilidad del Estado, una mayoría que permitiera mantener en el Gobierno de la Nación y en la Generalitat a un partido sin mayoría suficiente, y excluyendo para ello al principal partido de la oposición", agregó.

El presidente de honor del PP sostiene que este "lío de socialistas", cargado de "imprevisión, frivolidad y de sectarismo", ha llevado a España a "una profunda sima jurídica y política" que, "por fortuna", el Tribunal Constitucional ha zanjado con la sentencia cuyo fallo se conoció el pasado lunes.

En su opinión, el TC ha dejado acreditado que "el Estatut no estaba cepillado", que era "una pretensión antijurídica de modificar la Constitución por la puerta de atrás" y que el PP hizo bien en recurrir. "Fue un acto de responsabilidad, de lealtad y de compromiso constitucional que queda reivindicado con una sentencia que afecta a más de 40 artículos y disposiciones", aseveró.

Eso sí, dijo lamentar que el TC haya incurrido "en exceso" en la técnica interpretativa y advirtió de la "conflictividad jurídica que podría generarse en la aplicación del fallo", máxime cuando las reglas de juego no son respetadas por los que antes negaban al TC competencia para sentenciar y que ahora "llaman a la rebeldía" contra lo sentenciado.

En cualquier caso, sostiene que el Alto Tribunal ha puesto los límites al Estado autonómico ante "aventurerismos políticos de mayorías pasajeras" porque "la convivencia es un juego de límites". "Las demandas identitarias no pueden anteponerse a los principios cívicos y los sentimientos, por respetables que sean, no legislan -sostiene-. Hay límites a la exigencia mecánica de nivelación al alza de todos los poderes autonómicos".

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