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Directivos

"Ahora los jóvenes alcanzan el éxito demasiado rápido"

El piloto Rubens Barrichello defiende el valor de la experiencia

Rubens Barrichello tiene unos rasgos amables. También lo es su voz, con un castellano más que aceptable, salpicado del acento portugués de su Brasil natal y de expresiones italianas de sus años en Scuderia Ferrari. Sin embargo, en el trabajo, con los ingenieros o los mecánicos de su Williams, habla en inglés. Es la lengua franca de la Fórmula 1, un mundo al que llegó con 21 años y en el que ahora, con 38 años, tiene que seguir luchando cada fin de semana por demostrar que, pese a ser el piloto más veterano de la parrilla, tiene su hueco entre la legión de jóvenes irreverentes con un talento natural para ir muy rápido sobre el asfalto.

Pero no sólo en la pista. La nueva ola de campeones, no tanto Fernando Alonso pero sí Lewis Hamilton o los potenciales números 1, Robert Kubica o Sebastian Vettel, por citar algunos, han llegado a la máxima competición deportiva sentándose casi directamente en un monoplaza ganador. Barrichello, que este fin de semana participa en el Gran Premio de Europa, que se celebra en el circuito urbano de Valencia, reflexiona sobre estos nuevos talentos de la competición de la mano de la empresa de recursos humanos Randstad, patrocinadora del equipo del ya mítico Frank Williams.

"Igual que no parece una buena idea que una persona ocupe un alto cargo sin haber pasado antes por distintos escalafones de la empresa o de la competencia, tampoco en la Fórmula 1 parece lógico que un piloto que nunca ha llevado uno de estos bólidos tenga en sus manos desde el primer día un coche ganador", explica Barrichello. æpermil;l estuvo muchos años corriendo en Jordan y en Stewart antes de llegar a Ferrari, donde vivió sus mayores éxitos, pese a la alargada sombra de Michael Schumacher, con quien compartía equipo.

El piloto de Williams considera que no se puede llegar de empleado a jefe sin pasar por los distintos escalones laborales

Para el piloto brasileño, llegar tan rápido a la cima tiene sus consecuencias. "Cuando con algo más de 20 años lo has tenido todo, dejan de existir los alicientes. Yo corro cada carrera como el primer día. Me apasiona la Fórmula 1. No sé si alguno de los jóvenes que ahora triunfan tendrán la capacidad para seguir corriendo con la misma pasión cuando no tengan un coche puntero. Creo que ninguno de ellos estará tantos años en la competición como estoy yo", asegura el piloto de Williams.

Barrichello reclama la importancia de la formación en cualquier campo. "Yo empecé a los seis años a competir. La formación es esencial porque no se puede pretender saltar de empleado de base a presidente de la compañía en un día. Pero lo que hay que conseguir es crear un ambiente que permita a todos soñar con alcanzar una meta, con ser algo mejor. La ambición es imprescindible. Y también la pasión por el trabajo".

En ese campo, pocos pueden discutirle a Barrichello su amor por el deporte. Tras su salida de Ferrari recaló en Honda justo en los peores años de la escudería. Pero su tenacidad le llevó a luchar de nuevo por ganar carreras el año pasado con los sorprendentes Brawn GP. "Los que ganan son aquellos que saben cambiar un mal día por una oportunidad", sentencia el brasileño. Quizá sólo con esa filosofía se entiende que tras más de 280 carreras de la competición más exigente del motor, Rubinho siga asegurando que mantiene "la misma pasión por este deporte que cuando era pequeño".

Talento, entrenamiento y capacidad de improvisar

¿Qué hace falta para poder ser piloto de Fórmula 1? Esta pregunta seguro que se la hacen muchos de los chavales -y no tanto- que cada fin de semana compiten en categorías inferiores pensando en que quizá, algún día, tengan en sus manos uno de los complejos volantes de los bólidos por excelencia. "El talento es fundamental. Evidentemente hay que entrenar mucho, tanto mental como físicamente, pero creo que un buen piloto sin un talento natural nunca será un campeón", asegura Rubens Barrichello.El talento en este deporte está muy asociado al coraje, palabra que Rubinho repite con asiduidad. Apurar un metro más una frenada o lanzarse a un adelantamiento arriesgado requieren valentía. "Coraje e ir aprendiendo con el tiempo", receta el piloto brasileño.Dando por hecho que el coche es esencial, el trabajo en equipo para mejorarlo también es básico en este deporte, "como en cualquier actividad laboral", asegura. Y, al margen de la planificación necesaria, hay que valorar la capacidad de improvisación del piloto una vez arranca la carrera. "Desde que el semáforo se apaga, los planes pueden ser papel mojado", dice.

Rubinho

Rubens Gonçalves Barrichello-Nació en São Paulo, Brasil, en 1972. Empezó con los karts antes de saltar a Europa-Pasó distintas categorías antes de entrar en la F1. De hecho, prefirió estar dos años en F3000 pese a tener una oferta. Debutó en 2000 con Jordan.-Nunca ha sido campeón del mundo, pero sí es el que más grandes premios ha disputado.

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