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Busca dar un salto adelante de aquí a 2016

Túnez apuesta por las TIC para acercarse a Europa

El país aspira a convertirse en centro de referencia de la innovación al sur del Mediterráneo.

Túnez apuesta fuerte. El pequeño país del sur del Mediterráneo busca dar un salto adelante de aquí a 2016: convertirse en uno de los centros industrial y tecnológico punteros de toda la ribera. Ello supondría una transformación radical para un país tradicionalmente centrado en la agricultura y los textiles, pero permitiría, según las agencias gubernamentales, adentrarse en "un crecimiento empujado por la innovación".

La legendaria ciudad de Cartago acaba de ser sede del duodécimo Foro de Inversiones de Túnez, que, con el lema Movimiento hacia la Tecnología atrajo a cuatro centenares de representantes de empresas y organismos extranjeros. El encuentro se produjo en un entorno de crisis global que, según el ministro de Desarrollo y Cooperación Internacional, Mohamed Nouri Jouini, "ha impulsado aún más la apuesta del Gobierno por la apertura de mercados y la búsqueda de asociaciones con empresas extranjeras". Así se funda un programa plurianual con tres ejes: la promoción de polos tecnológicos, el mantenimiento de un crecimiento sostenible y la apuesta por las energías renovables. Las autoridades insisten en que la innovación y la tecnología "son el espíritu del cambio" iniciado hace dos años. De momento, ha permitido avances como la creación de sociedades limitadas en una sola hora o la instauración del silencio administrativo positivo.

Ranking privilegiado

Algunas clasificaciones internacionales otorgan al país argumentos para el optimismo, ya que parte de una posición muy ventajosa en materia de nuevas tecnologías. El Informe Global sobre Tecnologías de la Información, que elabora el Foro de Davos, sitúa a Túnez en el puesto 25 de la clasificación global de transferencias tecnológicas; en el 34, en leyes relativas a las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), y en el 7 en cuanto a priorización de las TIC en la labor gubernamental. Esas listas sitúan a Túnez a la cabeza del desarrollo tecnológico de África, pero el objetivo ha pasado a ser la comparación con la ribera norte del Mediterráneo. Túnez disfruta de un acuerdo de libre cambio con la Unión Europea, que pretende ampliar hasta situarse en una relación equiparable a la que disfruta Turquía. Y hacerlo sin descuidar las relaciones con el Magreb, que en 2011 podría constituir un mercado común regional.

Para atraer inversión extranjera, las autoridades tunecinas destacan ventajas más tradicionales de países en desarrollo, como el bajo coste de los alquileres y la mano de obra, pero también insisten en que ésta aportará cada vez mayor valor añadido. La población estudiantil se ha multiplicado por 10 desde 1987, hasta superar las 400.000 personas, y casi un tercio de los estudiantes escogen formación en informática, ingenierías o similares.

Once polos tecnológicos ofrecerán a corto plazo 1.500 hectáreas de parques de alto rendimiento y cerca de 160.000 empleos altamente cualificados. Con 28.000 investigadores y más de 600 centros de investigación y laboratorios, el país avanza en pos del cambio de modelo productivo que implicaría, de aquí a 2016, duplicar las exportaciones y alcanzar un 1,5% del PIB en inversiones en I+D+i. FIPA-Tunisia, la agencia estatal de promoción de inversiones, basa en estas cifras su atracción de las empresas extranjeras, además de en ventajas fiscales como la exención del impuesto de sociedades en los cinco primeros años o las subvenciones de parte de la inversión en I+D+i. La apertura, sobre todo a Europa, es la base de la apuesta por el futuro innovador.

Regreso a altas tasas de crecimiento económico

La búsqueda del salto adelante en materia de tecnología e innovación se inscribe en la percepción gubernamental de que las reformas de los últimos 20 años, sin un cambio de orientación, daban síntomas de agotamiento. Esas dos décadas de cambios han permitido una notable estabilidad política y económica, además de una progresiva integración comercial con Europa.Paradójicamente, esta última circunstancia tendrá una derivada negativa en el corto plazo. Según el último informe del Fondo Monetario Internacional, "la receptividad de Túnez a la transmisión de shocks desde la Unión Europea se ha incrementado, sobre todo a través del turismo y las exportaciones". De ello concluye el FMI que las negativas condiciones económicas de la UE "suponen significativos riesgos a la baja para Túnez, que se podrían materializar en próximos trimestres. Con todo, el organismo multilateral pronostica incrementos del PIB del 4% y el 5% para este año y el siguiente, con la inflación en el 4,2% y el 3,5%, respectivamente.De confirmarse esas previsiones, la economía tunecina, que limitó su avance al 3,1% el año pasado, recuperaría en 2011 la velocidad de crucero de las últimas dos décadas, en las que el PIB creció una media del 5%. El país parece salir así relativamente indemne de la mayor crisis global en ocho décadas, en la que ha mantenido sus calificaciones crediticias.Afif Chelbi, ministro de Industria y Tecnología, destaca que "las dos décadas de reformas estructurales han permitido que el 43% del crecimiento económico provenga de mejoras de productividad". Y ello, enfatiza, "sin perder de vista el componente humanista, según el cual el objetivo primordial del crecimiento es la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos".5% ha aumentado de media el PIB de Túnez en las últimas dos décadas. Tras caer al 3,1% el año pasado, el FMI espera que recupere el ritmo en 2011.

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