Botín critica la tasa bancaria de la Unión Europea
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se posicionó hoy "en contra" de la tasa bancaria que los líderes europeos apoyaron ayer para financiar los costes de las futuras crisis y subrayó que le parece "muy mal".
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se posicionó hoy "en contra" de la tasa bancaria que los líderes europeos apoyaron ayer para financiar los costes de las futuras crisis y subrayó que le parece "muy mal".
En declaraciones a los periodistas en Huelva, Botín criticó esta medida cuando "el Banco Santander, al igual que otros bancos, han hecho bien sus tareas y no han tenido necesidad de ayuda pública".
De este modo, confesó "que espera que no tengan que pagar ni que se les ponga impuestos especiales", ya que "no entiende" la razón de tal tasa.
El Consejo Europeo acordó que los Estados miembros debían introducir sistemas de tasas e impuestos sobre las instituciones financieras para garantizar un reparto de la carga justo y para crear incentivos que detuviesen el riesgo sistémico", lo que contribuiría a una mayor estabilidad del sistema financiero.
No obstante, los líderes europeos admitieron que persistían los desacuerdos sobre las características que debe tener esta tasa y pidieron que continuasen "urgentemente" los trabajos para diseñarla, teniendo en cuenta la necesidad de respetar la igualdad de trato y analizando el "impacto acumulativo" de las diferentes regulaciones sobre los bancos. La Comisión tiene previsto presentar propuestas en otoño.
Los Estados miembros están divididos sobre si esta tasa debe gravar activos o beneficios y sobre si debe destinarse al presupuesto, como quiere Reino Unido, o a crear un fondo para liquidar bancos quebrados, como defiende la Comisión.
En este sentido, reclamaron además que se concluya un acuerdo con la Eurocámara sobre la norma para regular los "hedge funds" antes del verano y que se apruebe "rápidamente" la reforma del sistema europeo de supervisión para que pueda entrar en vigor en 2011. No obstante, esta reforma está bloqueada porque Reino Unido no acepta dar nuevos poderes a los reguladores europeos como quiere el Parlamento.