Buenas señales desde el Tesoro
El Tesoro español colocó ayer 3.900 millones de euros en la subasta de bonos a tres años, prácticamente la cantidad que esperaba captar, mientras las entidades compradoras solicitaban el doble. Muy sesgada tiene que ser la interpretación del resultado de esta colocación para concluir que no ha sido un éxito. Y más rotundo si se tiene en cuenta que ha sido la primera después de que la agencia de calificación Fitch rebajase el rating a la deuda española.
Aunque con rentabilidad al alza -el tipo marginal de la colocación ha sido del 3,39, frente al 2,03 de la anterior-, algo muy lógico en las actuales circunstancias y en línea con el mercado secundario, la subasta de ayer es una señal clara de que comprar deuda del Tesoro español es un buen negocio y, lo que es más importante, seguro. La prueba está en que el alivio de las tensiones fue inmediato. En cuanto se conoció el resultado de la subasta, el Ibex se dio la vuelta para empezar a subir y la prima de riesgo experimentó una sensible mejora.
Que la noticia sea excelente, al menos si se analiza sin intereses perversos, no quiere decir que marque una pauta de futuro. Para ello habrá que esperar a las próximas subastas. Pero que nadie dude que sí es una señal muy positiva que la mitad de las compras hayan tenido como protagonistas a inversores extranjeros.