La esposa de Hayward, Maureen, ha sido blanco de amenazas, según declaró hoy ella misma a la prensa británica, por parte de activistas radicales.
"Algunos miembros de mi familia han recibido llamadas telefónicas desagradables y también nos han llegado cartas de algunos grupos. Tony (Hayward) está fuera (en EEUU), a miles de kilómetros distancia y es intranquilizador", explicó Maureen.
Según fuentes de la policía británica, hay una operación en marcha para proteger el domicilio familiar, al que sólo se puede acceder por una carretera privada.
Hayward, de 53 años, ha sido criticado por su gestión de la crisis originada por el derrame de petróleo y por haber minimizado las consecuencias para el medio ambiente de esa catástrofe.