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Mercados

El reto de financiar 120.000 millones

La labor del Tesoro se complica con la subida de tipos

El aumento de la percepción de riesgo sobre España a niveles nunca vistos desde la llegada del euro dificulta la labor del Tesoro. El Estado necesita seguir captando recursos en el mercado para financiar los vencimientos de deuda de los próximos meses y la generación de déficit público, pues los ingresos siguen siendo muy inferiores a los gastos. En lo que va de año, España ha logrado emitir más de 90.000 millones de euros -incluyendo subastas y operaciones sindicadas- sin problemas pero aún debe pedir al mercado alrededor de 120.000 millones de euros más para cubrir las necesidades de financiación previstas para 2010.

Los próximos meses se perfilan delicados. En junio el Estado afronta vencimientos de deuda por valor de 8.180 millones y en julio estas obligaciones alcanzarán la cifra de 24.663 millones. De ahí que la percepción cada vez más negativa sobre España, que se refleja en el creciente diferencial entre el tipo del bono español a 10 años (4,531%) y el alemán al mismo plazo (2,578%) -el viernes alcanzó récord de 195,3 puntos básicos-, comience a generar preocupación.

La demanda de deuda española no ha cesado entre los inversores pero las turbulencias recientes empiezan a tener efectos negativos, más allá del incremento de los costes de financiación.

La rentabilidad del bono a 10 años supera el 4,5%

El mayor susto se lo llevó el Tesoro con la subasta a 12 y 18 meses que realizó el pasado 18 de mayo, la única emisión que no cumplió las expectativas fijadas. En total se colocaron 6.435 millones, cuando la previsión apuntaba a un mínimo de 6.500 y un máximo de 7.500 millones. El tipo medio de la emisión a 18 meses (1,95%) se encareció, además, 106 puntos básicos y la de 12 meses (1,59%) en otros 42,8 puntos básicos. Incluso desde Presidencia se llegó a calificar de "floja" la operación.

La buena noticia es que se trata de una excepción, pues en todas las operaciones realizadas este año la demanda ha superado con creces la oferta. En la última subasta de letras a 3 y 6 meses realizada el pasado 22 de mayo el Tesoro sí logró sus objetivos, eso sí, a un mayor precio, que reflejó el aumento de la prima de riesgo sobre España. El tipo marginal de la emisión a 6 meses se cerró al 1,32% frente al 0,76% de la colocación anterior de finales de abril, mientras que la de 3 meses quedó en el 0,7% frente al 0,5% de la subasta de abril.

La siguiente prueba de fuego la tendrá el Estado la próxima semana. El jueves emitirá bonos a 3 años con un cupón del 2,5%. El Tesoro aún no ha fijado los objetivos de la emisión y está por ver el impacto de las turbulencias recientes en el devenir de la operación. La última subasta de bonos a 3 años realizada el pasado mes de abril se emitió a un tipo marginal del 2,03%. En la actualidad los bonos a 3 años cotizan alrededor del 3,1% en el mercado secundario, por lo que no sorprendería que el tipo final de la emisión rondase esa cifra.

Crece la presión para el BCE

Las miradas se vuelven hacia el BCE. El nivel de tensión que se vive en los mercados puede llegar a convertirse en una amenaza para la recuperación económica. El dinero ha dejado de fluir con normalidad. Los bancos vuelven a estar reticentes a prestarse entre sí y los expertos creen que el BCE no tendrá más remedio que actuar para garantizar unos niveles de liquidez adecuados. Por tanto, la reunión que celebrará el 10 de junio se presenta como un evento clave."Deben enviar una señal contundente para atacar la tensión", comenta José Carlos Díez, de Intermoney, experto que considera que la autoridad monetaria tendrá que terminar imprimiendo dinero, al igual que hicieron la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra para restaurar la normalidad.Esta semana el propio BCE reconocía en su informe de estabilidad financiera que el riesgo para la banca de la zona euro aumenta por la intensificación de la crisis de deuda soberana. En concreto advierte sobre el efecto nocivo que pueden causar las tensiones si desaparece la inversión privada y aumentan los costes de financiaión de un sector aún en proceso de cura con riesgos por sanear como su exposición al sector inmobiliario y a Europa del Este.

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