Dueños del destino
Cuando un problema se me resiste, replanteo la hipótesis de partida y la imaginación resulta más certera que la realidad". La célebre frase de Albert Einstein ilustra la tesitura en la que se encuentran las empresas ante una crisis que se está dilatando en el tiempo más de lo que se creía en un principio.
En momentos como el que vivimos, en los que lo fundamental es superar la situación perdiendo lo menos posible por el camino, se hace imprescindible salir de la monotonía y replantear la hipótesis de partida que nos ha acabado llevando a donde estamos. Pero, no es fácil. La vorágine diaria impide a las empresas reflexionar y plantear soluciones. Y es que nadie está a salvo de que la situación acabe engullendo el proyecto empresarial, por cien años que lleve. Ni una buena gestión ni una buena cartera de pedidos pudo evitar, por ejemplo, que General Motors protagonizara a los nueve meses de celebrar su centenario la mayor quiebra de Estados Unidos.
La complicada situación que atraviesa la economía mundial ha hecho tambalear los cimientos de muchas empresas que, en un intento de hacerla frente, asumen un cambio en la gestión de sus departamentos. La crisis les exige reflexionar sobre cómo se están haciendo las cosas y cómo podrían hacerse. No valen las visiones cortoplacistas, que es lo que suele ocurrir: el día a día nos consume y nos impide ver posibilidades de mejora. Es el momento de generar nuevos procesos, de plantearse si se está haciendo lo mismo de siempre porque, si es así, ¿cómo vamos a pretender conseguir algo diferente? Es fundamental, por tanto, romper con el statu quo, abandonar la excusa de "siempre lo hemos hecho así" y aportar valor. La clave: innovar, intentar hacer cosas nuevas o cambiar la forma en que se hacen las cosas.
Para ello, las empresas han de servirse, ente otras cosas, del conocimiento que poseen de los mercados en los que operan y fomentar el trabajo inter e intradepartamental. Deben superarse las individualidades, apostar por el trabajo en conjunto y aceptar que aunque uno sea experto en un departamento necesita también del conocimiento de otros departamentos de la empresa para conseguir el objetivo final.
La realidad no deja lugar a dudas, continuamos inmersos en una crisis que está provocando que las empresas adapten su dimensión y costes al momento que vivimos. Sobrevivirla no es sólo cuestión de tiempo. Hace falta volver a cuestionarse la forma y las cosas que se hacen y eso está en nuestras manos porque, como dice Jack Ma, creador del buscador chino alibaba.com, "la única forma de predecir el futuro es hacer que lo que uno desea, suceda".
José Francisco Garrido Casas. Profesor de Isead