BP está en riesgo de muerte
BP ha gastado unos mil millones de dólares tratando de detener la fuga de petróleo en el golfo de México, pero no está ahora más cerca de conseguirlo que cuando se produjo la explosión en la plataforma Deepwater Horizon hace 43 días. El precio de las acciones se aproxima también a niveles catastróficos. Lo que era la mayor compañía británica por valor de mercado se ha desplomado un 35% en seis semanas.
La última ola de ventas parece fruto del pánico, pero no es enteramente irracional. Algunos fondos temen la contaminación de su propia reputación. Otros dependen en gran medida del dinero de las grandes petroleras -Shell y BP supusieron la cuarta parte de los dividendos totales de los 50.000 millones de libras del mercado de Reino Unido el año pasado- y pueden ver que el dividendo de BP está en peligro. Los fondos de renta no pueden mantener acciones que no producen nada.
Sería estúpido que BP siguiera pagando dividendos como si nada. Al menos aún tiene tiempo de tomar la iniciativa en este asunto. La compañía debería anunciar la suspensión de los pagos de dividendos hasta resolver la catástrofe y que haya una visión clara del coste total.
Si el flujo del petróleo no se detiene, entonces no habrá límite a ese coste. En el peor de los escenarios posibles ni se piensa. En el segundo, BP queda tan dañada política y financieramente que no puede continuar por más tiempo como una empresa independiente. Las posibilidades de eso aún pueden ser bajas, pero ya no son insignificantes.
Neil Collins