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Directivos-Másteres y Posgrados

Cantera de líderes

Empresarios, políticos, catedráticos y personajes influyentes alaban las bondades de estos estudios.

No hay nada que se le resista al que ha hecho un máster. Si en los cincuenta triunfaba el prototipo de hombre hecho a sí mismo, ahora no se es nadie sin recibir formación de posgrado. Va en la espalda de Edurne Pasaban, que acaba de coronar el pico del Shisha Pangma, su último ochomil, en el interés empresarial que muestra Iñaki Urdangarín en su aventura americana, en cada inauguración de Ikea que realiza Montserrat Maresch o de Inditex de Pablo Isla y en cada nuevo hospital USP que visita Gabriel Masfurrol.

La alpinista guipuzcoana es ingeniera técnica industrial y máster en Gestión de Recursos Humanos por la Business School de Esade en Barcelona. La formación le ha calado y por eso no olvida que un reto tan grande sólo es posible gracias a la labor escondida de otros, reconoce: "Yo soy una parte; he subido a las cumbres, pero el equipo es mayor".

Esther Toledo, directora de Calidad de Alstom, destaca "la potenciación de habilidades directivas que la universidad no había planteado, como la de trabajar en equipo, hablar en público o la gestión de conflictos y negociación".

La formación de las escuelas de negocio también es valiosa para trabajar en las ONG, en la universidad o la política. La subdirectora del departamento de Cruz Roja Española Elena González Romero recuerda: "Se nos exige rendir las cuentas claras, tanto a los donantes como a las personas que socorremos, que son, en definitiva, nuestros clientes más preciados".

Para Tomás Conde Salazar, máster profesional en Ingeniería y Gestión Medioambiental, la formación de posgrado sirvió para "aprender a comprender la importancia del medio ambiente, otra variable de gestión empresarial plagada de riesgos y, por tanto, de oportunidades de negocio". Jorge Alcover, director de mercado de capitales de Goldman Sachs para España y Portugal, destacó los conocimientos sobre finanzas internacionales recibidos en Esade.

La calidad de los cursos, sus contenidos y la valía del profesorado también son elementos muy señalados por sus alumnos, como Regina Revilla, directora de Relación Externas de MSD, o Ignasi Ricou, presidente de Ventas y Caramelos de Kraft.

"La base científica técnica y las enseñanzas con sentido práctico, la metodología para la acción, el sentido innovador y pionero de los estudios" han sido claves del éxito para Miguel Sánchez Montes, asesor de la Confederación de Empresarios de Andalucía.

Prácticas

Elena González consiguió prácticas del máster de la EOI en una asesoría de comercio exterior, que luego le abrió puertas para trabajar en la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea. A la mayoría les ocurrió lo mismo a través de la bolsa de trabajo de las diversas escuelas. Muchos lo recuerdan con nostalgia y como un trampolín para los puestos directivos que ahora ocupan.

También valoran otros, como Regina Revilla o Nieves Cifuentes, la posibilidad de ampliar las redes de contactos. Todas las escuelas gozan de importantes asociaciones de antiguos alumnos que les abren muchas puertas para buscar dónde y a quién pedir ayuda, colaboración o con quién iniciar una nueva aventura empresarial. Son frecuentes los negocios con ex compañeros.

Cada escuela tiene su propia impronta y su ideario pero todas forman a personas con grandes obligaciones sociales, económicas, empresariales, políticas, deportivas o culturales. Kasper Rorsted, consejero delegado de Henkel, recordó a los últimos diplomados de IESE la responsabilidad de un líder empresarial. Ante ellos insistió en el hecho de que, en una crisis, más que las normas, lo que más ayuda son los valores. "En un mundo global, la diferencia entre las empresas la marca qué valores tienes y cómo tratas a la gente, qué decisiones tomas y, como consecuencia, es clave el "cómo dirijáis vuestras empresas y organizaciones, en función de ello podéis construir una sociedad sin valores o una sociedad con valores".

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