El nerviosisimo del mercado estadounidense castiga a los grandes bancos europeos
Los bancos europeos, españoles incluidos, están haciendo frente a un escenario muy complicado en EE UU. Sus prestamistas en este país están aumentando su cautela, ante el riesgo que representan, y cada día demandan intereses más altos y periodos de maduración más cortos para conceder financiación a corto plazo. A esa circunstancia, basada en las preocupaciones sobre la situación económica europea, se une el hecho de que la SEC ha empezado a pedir a los fondos monetarios que mantengan en sus carteras activos más líquidos y de alta calidad.
La situación, según publicaba ayer The Wall Street Journal, ha impedido a BBVA renovar una financiación de cerca de 1.000 millones de dólares a corto plazo. El revés no tiene consecuencias porque la entidad, como ya señaló su presidente en la presentación de resultados trimestrales, ya tiene la financiación del año totalmente resuelta.
La situación en el mercado del préstamo interbancario está viviendo una situación muy complicada y aunque no se ha llegado a los mismos niveles que se vivieron en octubre de 2008, cuando el mercado a corto se congeló tras la debacle de Lehman, no se dejan de trazar paralelismos con aquella situación.
El problema es que adicionalmente, España, Grecia e Italia están haciendo frente a unas mayores cautelas por parte de los inversores debido la percepción de una delicada situación con respecto a su deuda soberana.
En el caso de España, la crisis de Cajasur ha tenido el efecto de poner en cuestión a todo el sistema financiero, independientemente de los problemas que arrastraba la entidad desde hace meses y el hecho de que suponga sólo el 0,6% del sistema. BBVA y Santander cerraron ayer con una subida del 0,28% y un descenso del 0,62% respectivamente.