Tras el corazón verde más eficiente
La industria se vuelca en la investigación tecnológica para lograr producción en serie del coche ecológico
La imagen de un coche eléctrico enchufado a un poste de recarga de baterías cada día está más cerca de convertirse en algo cotidiano. Las compañías automovilísticas han afrontado el reto de conseguir utilitarios más respetuosos con el medio ambiente a la vez que más eficientes y, por esa razón, han acelerado sus investigaciones para producir en serie este tipo de automóvil.
Hasta hace poco, la razón fundamental por la que no salían al mercado más modelos eléctricos era principalmente porque la técnica no permitía la creación de baterías eficientes que garantizaran la autonomía del vehículo durante un número elevado de kilómetros. Pues bien, la introducción de la tecnología ión-litio en las baterías de los automóviles ha aumentado sensiblemente la densidad energética acumulada y ha disminuido su peso, con lo que se ha ganado en eficiencia. Hoy ya se ha duplicado la autonomía con respecto a las baterías de plomo-ácido que se utilizan en vehículos con motor térmico tradicional o las de níquel metal-hidruro de los híbridos.
"El cambio en los vehículos eléctricos se ha producido en los tres últimos años y los nuevos descubrimientos en materiales y tratamientos de los cátodos de las baterías ión-litio hacen prever nuevas e importantes mejoras a largo plazo, tanto en la autonomía como en el tiempo de recarga", explica Víctor Piccione, gerente de comunicación de producto de Ford. Esta nueva tecnología consiste en un dispositivo diseñado para el almacenamiento de energía eléctrica que emplea como electrolito, una sal de litio. æpermil;sta procura los iones necesarios para la reacción electroquímica reversible que tiene lugar entre el cátodo y el ánodo. Las propiedades de las baterías de ión-litio, como la ligereza de sus componentes, su elevada capacidad energética y resistencia a la descarga, la ausencia de efecto memoria o su capacidad para operar con un elevado número de ciclos de regeneración, han permitido el diseño de acumuladores livianos, de pequeño tamaño y variadas formas, con un alto rendimiento, especialmente adaptados para los automóviles eléctricos.
De momento, la mayoría de las compañías apuesta por los modelos híbridos como paso previo hacia el coche eléctrico, que no dependen -como éstos últimos- de una infraestructura de abastecimiento eléctrico aún insuficiente. "El desarrollo del sistema de recarga es una necesidad para que el vehículo eléctrico despegue. Ahora bien, actualmente se están dando los pasos necesarios entre los fabricantes, las Administraciones y los suministradores de energía para que, en el momento de lanzamiento de los productos cero emisiones, exista una infraestructura adecuada", reconoce Carlos Izquierdo, jefe de información de producto de Renault. La compañía automovilística francesa es una de las pocas que ha decidido apostar directamente por la solución eléctrica, puesto que "la solución híbrida no es ideal, ya que soluciona de forma reducida el problema de las emisiones de CO2. Los modelos eléctricos son mucho más ecológicos, ya que no emiten nada, frente a los 90/100 gramos de CO2 por cada 100 kilómetros de los híbridos", afirma.
La solución que propone General Motors se concreta en su modelo Opel Ampera con la tecnología E-REV. "Se trata de la única solución viable hoy día para tender hacia un vehículo eléctrico con capacidad para ser usado de igual forma que un coche convencional", advierte Francisco Aparicio, portavoz de la marca. El eléctrico de autonomía extendida que proponen consiste en un vehículo eléctrico que incorpora un generador conformado por un motor térmico.
En esta misma línea se posiciona Toyota con el lanzamiento del Prius Híbrido Enchufable. "La arquitectura híbrida recargable es la solución tecnológica más viable para la electrificación de los motores", reconoce Clara Albertí, directora de comunicación de la firma. "Nuestra colaboración conjunta con Panasonic EV Energy (PEVE) ha sido un elemento clave en el éxito de la evolución de la tecnología híbrida".
La autonomía de vehículos eléctricos enchufables con baterías de ión-litio va de 100 a 160 km para vehículos de cinco plazas, suficiente para la mayoría de los recorridos diarios de vehículos urbanos, y el peso es de 360 kg, teniendo en cuenta que la mayor parte corresponde a la carcasa mecánica para protegerla en caso de choque. Los ayuntamientos de las grandes ciudades están implantando planes de electrificación para automóviles y, de hecho, ya ponen a disposición de los usuarios postes de recarga normal y rápida que permitirán recargas rápidas para cargas parciales de alta intensidad en menos de una hora y cargas de baja intensidad completa de seis u ocho horas, como las que se pueden usar en el domicilio habitual, normalmente en tarifas nocturnas, y preferentemente procedentes de energías renovables. Este es el caso de Madrid, Barcelona y Sevilla, que van a construir las primeras redes públicas de recarga de baterías con el apoyo del Ministerio de Industria, que invertirá ocho millones de euros.
El Gobierno ha establecido un Plan Integral del Vehículo Eléctrico para normalizar y homologar los vehículos, así como los equipos y sistemas de recarga, y desarrollar junto con las compañías de electricidad la infraestructura necesaria para disponer a corto plazo de una movilidad eléctrica sostenible, sobre todo en zonas urbanas congestionadas.
Novedades en el sector
Entre 2012 y 2014 se prevé una verdadera eclosión. La práctica totalidad de las compañías pondrán en el mercado vehículos totalmente eléctricos o híbridos- eléctricos con conexión a la red. Será el caso del Chevrolet Volt, de la norteamericana General Motors, un híbrido enchufable que iniciará sus ventas a finales de este año y que en Europa se comercializará algo más tarde bajo el nombre de Opel Ampera. Por su parte, Toyota ha mejorado su exitoso modelo Prius y se prepara para sacar a mediados de este año el Auris Hybrid Symergy Drive, con una tecnología totalmente híbrida. El prototipo eléctrico FT-EVII de la compañía nipona y el modelo de producción en serie Prius Plug-in fueron presentados en Europa en la última edición del Salón del Automóvil de Ginebra. En Estados Unidos, Toyota tiene previsto lanzar un EV equipado con batería de litio en 2012.
Peugeot presentará en 2011 una variante híbrida del 3008 y Renault lanzará el año que viene tres modelos equipados con baterías eléctricas y cero emisiones: Twizy, Zoe y Fluence. Por su parte, VW promete tener a punto su propio modelo eléctrico urbano, el 500 Golf.
En lo que respecta a Ford, recientemente se anunció que en su planta de Valencia fabricarán dos modelos eléctricos de nueva generación del nuevo Ford C-Max: el híbrido y el híbrido enchufable, disponibles para 2013 y cuyas huellas ecológicas serán de las más respetuosas con el medio ambiente. También se ha anunciado la disponibilidad, para 2011, de una versión eléctrica de la Ford Transit Connect y otra del Ford Focus prevista para 2012.
El litio se convierte en el oro negro del futuro
Cada año se consumen 23.000 toneladas de litio y todos los expertos calculan que la demanda mundial, espoleada por la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, aumentará de forma vertiginosa.El litio es un mineral muy ligero; de hecho, pesa menos que el níquel, utilizado también para fabricar baterías, y con él será posible almacenar más energía y recorrer distancias más largas. De esta forma, cabe preguntarse hasta cuándo la alternativa al petróleo se seguirá viendo como infinita.En los últimos tiempos, muchos expertos han considerado al litio como la solución, la alternativa verde que muchos quieren ver como inagotable. Lo cierto es que mientras el petróleo es una materia prima que se agota, en los vehículos eléctricos de lo que se depende es de la electricidad.El problema es poder guardar esa electricidad con eficacia. Y para ello son necesarias nuevas generaciones de batería que, como en el caso de los móviles y de los portátiles, contengan litio.En la actualidad, hay entre trece y catorce millones de toneladas de reservas del nuevo oro negro, principalmente en Bolivia, Chile, Argentina y China, según los datos del informe de 2009 del Servicio Geológico de EE UU (USGS). De ellas, sólo cuatro son accesibles, pero como reconocen algunos expertos, todavía no hay un nivel de análisis tan profundo como existe con el petróleo.En el caso particular de Bolivia, el país más pobre de América del Sur, tiene en su territorio el riquísimo Salar de Uyuni. El desierto salado más alto del mundo contiene 5,4 millones de toneladas de litio, lo que representa casi la mitad del total de la provisión mundial de este mineral.En los últimos años, el litio ha visto incrementar su precio desde los 350 dólares -que costaba la tonelada en 2003- hasta los 3.000 dólares que vale en la actualidad. Por esta razón, Bolivia ha entablado negociaciones con distintas empresas y países para explotar este valioso mineral. Su presidente, Evo Morales, ha iniciado ya su industrialización, lo que ha despertado el interés de la industria de automóviles.Se prevé que la demanda mundial del litio en el sector de la automoción representará más de 20.000 toneladas anuales en 2020, lo que significa que su consumo se multiplicará por cinco en los próximos años.