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Tendencias

El pujante negocio de los corredores millonarios

Emoción y servicios para los clientes que no tienen bastante con los deportivos de calle

El marsellés Stephane Clareton, de 35 años, debutó el año pasado en la Ferrari Challenge, una copa monomarca que se corre con el modelo 430. "Hasta el año pasado, mi sueño era pilotar un coche de competición, pero pensaba que era demasiado tarde para empezar. Quienes me vieron conducir mi 430 Scuderia me animaron, al igual que mi amigo Nicolas Misslin (también piloto de la Challenge). Ahora les estoy muy agradecido, porque he cumplido un sueño y con su ayuda he aprendido a conducir en un circuito". Así son muchos de los participantes en las copas que organizan algunas marcas de prestigio. Por supuesto que hay pilotos con mucha experiencia que luchan por la victoria, pero también hay otros que tienen bastante con disfrutar, ir progresando y competir con los de su nivel. Lo único que tienen en común los participantes es una cuenta corriente muy saneada.

Ferrari, al igual que Porsche, organiza carreras monomarca en varios países. Es una forma de potenciar su imagen, fidelizar a sus clientes y, por supuesto, una interesante fuente de ingresos. En la Ferrari Challenge también han corrido pilotos españoles, como Ángel Santos o María de Villota. Ferrari tiene un buen negocio gracias a los clientes que poseen y utilizan sus modelos de competición. La casa italiana ofrece asistencia técnica especializada incluso a los propietarios de monoplazas de Fórmula 1 clásicos mediante F1 Clienti, donde el monto de las facturas es mareante. La marca se puede encargar desde el mantenimiento del coche hasta los traslados a los circuitos y el apoyo técnico. Maximiliano Rodríguez es un destacado miembro del Club Ferrari España que durante algún tiempo disfrutó un 642 de F1 con el que compitió Jean Alesi: "Una simple abrazadera de un tubo para el aceite costaba 200 euros, y una centralita 12.000 euros. Esto no sería nada comparado con lo que costaría reparar el motor o el cambio, que iban precintados".

Porsche dedica mucho esfuerzo al desarrollo y fabricación de sus automóviles de competición. Ellos no participan en la Fórmula 1 ni tienen coches de la máxima categoría (prototipos LMP1) para carreras de resistencia, pero sus 911 son muy apreciados por los pilotos y omnipresentes en todos los circuitos. Además, muchas innovaciones pueden ser aprovechadas después para mejorar los deportivos de serie. El departamento de competición de la marca fabrica, en unas instalaciones especiales, tres versiones de carreras del 911: el GT3 Cup (para las copas monomarca), el GT3 R (279.000 euros sin impuestos) y el GT3 RSR (380.000 euros sin impuestos). Estos vehículos son mucho más caros que los modelos de calle (un 911 turbo de 500 CV cuesta 161.000 euros) a pesar de que van pelados para reducir peso. En el interior no hay nada aparte de chapa pintada y desnuda, el asiento tipo bucket del conductor y las barras antivuelco. Ni cuero, ni equipo de sonido ni nada parecido. El más moderno es el GT3 R presentado el pasado mes de enero. Según Uwe Brettel, responsable de ventas de Porsche Motorsport, "desde que anunciamos nuestra intención de lanzar el GT3 R, la demanda ha sido enorme. Las unidades que habíamos previsto para 2010 están casi vendidas". Rinde 480 CV y el fabricante destaca que, gracias al sistema de frenos ABS, al control de tracción y al acelerador electrónico preparado para adaptar el régimen del motor en cada cambio de marcha, la conducción es mucho más fácil que su antecesor, "por lo que será más apropiado para pilotos aficionados".

Ferrari, Lamborghini y Porsche organizan trofeos con sus vehículos

También se acaba de presentar la versión GT3 del coche capricho del momento, el Mercedes SLS AMG. Las ventas del SLS de carreras comenzarán a final de año, listos para competir en 2011. En los campeonatos de coches tipo GT se establecen varias categorías en función de las características del coche, aunque corran juntos. Una pauta común es la abundancia de equipos integrados por dos pilotos con diferentes perfiles: uno profesional y otro aficionado que, en mayor o menor medida, financia el equipo. Así, es frecuente identificar en las parrillas de salida a personajes del mundo industrial o financiero. Entre los directivos que compiten en España destaca Antonio Escámez, consejero de Banco Santander. En la carrera celebrada en Valencia el 18 de abril, en el marco del Campeonato de España de GT, Escámez y Luis Monzón lograron la victoria en la categoría GTS al volante de un Lamborghini Gallardo.

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