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Erupción volcánica en Islandia

La aviación civil europea busca rutas fiables para sortear la nube

El fenómeno puede alterar los tráficos hasta el próximo verano

La aviación civil europea busca rutas fiables para sortear la nube
La aviación civil europea busca rutas fiables para sortear la nubePABLO MORENO

La nube de cenizas del volcán islandés se ha cebado en las últimas fechas con la zona geográfica que mejor parada salió en los días iniciales de la crisis hace ya dos semanas y media: la Península Ibérica. Tras un fin de semana cargado de incidencias, cancelaciones y cierres, durante toda la jornada de ayer las autoridades de Fomento, de Defensa y de AENA y los responsables de las compañías aéreas, se mantuvieron vigilantes analizando los datos que Eurocontrol y el instituto de estudios volcánicos de Londres (Volcanic Ash Advisory Centre) fueron facilitando.

Fuentes vinculadas a estos organismos dijeron por la mañana que se valoraba la posibilidad de que se cerrara por la tarde el aeropuerto de Madrid-Barajas. AENA, sin embargo, se apresuró a asegurar que no se preveía la clausura de ningún aeródromo, aunque señalaron que la evolución de la nube de cenizas durante el día obligaría a regular el tráfico sobre la Península con lo que no se descartaban retrasos y cancelaciones de vuelo, especialmente en Madrid-Barajas.

La empresa propietaria de los aeropuertos públicos españoles, AENA, comunicó que a las siete de la tarde de ayer el número de vuelos cancelados superaba los 60.

El Gobierno de París ha decidido que no cerrará el espacio aéreo porque las cenizas no afectan al reactor de los aviones

Fuentes cercanas a los organismos científicos que analizan la evolución de la nube volcánica han explicado a las autoridades europeas de navegación aérea, y también a las españolas, que el fenómeno natural puede continuar afectando al tráfico de aviones hasta el verano.

Esta información y el mayor conocimiento que en las semanas de crisis se ha ido adquiriendo sobre el comportamiento de la nube y su incidencia en la operación de los aviones, han modificado el comportamiento de los responsables del sector a la hora de tomar las decisiones en el día a día de las operaciones.

Si en las primeras jornadas las autoridades de aviación civil de los diferentes Estados afectados "sobreacturaron" maximizando las precauciones en aras de la seguridad, en los últimos días el protocolo de comportamiento parece encaminado a buscar las vías para facilitar la realización del mayor número de operaciones.

La posición más clara en este sentido la ha adoptado el Gobierno de París quien ha hecho pública su decisión de mantener abierto el espacio aéreo francés y los aeropuertos del país en los próximos días por considerar "que la nube de cenizas del volcán islandés no afecta a los vuelos".

La Dirección General de la Aviación Civil francesa señala que va a continuar su programa de "vigilancia particular" de los aviones, pero recuerda que Air France hizo un vuelo de prueba el sábado a última hora de la jornada en las áreas consideradas susceptibles de estar afectadas por la ceniza volcánica. La inspección "hecha en profundidad no mostró ninguna anomalía ni en la aeronave ni en sus motores". También insistió en que se han incrementado los controles en el conjunto de las conexiones aéreas comerciales sin que se haya detectado ningún problema.

Fuentes de AENA dijeron que en España "y también en el resto de los países" se siguen aplicando los criterios de operatividad en relación con la nube de cenizas que fueron establecidos por Eurocontrol el pasado 20 de abril. Desde entonces se hacen públicos mapas en los que se establecen zonas de tráfico seguro y otras zonas de "no vuelo", en función de la evolución del fenómeno.

El Ministerio de Fomento, por otra parte, constituyó ayer por la mañana una comisión de coordinación con todo el sector y la industria aérea para hacer frente a los efectos de la nube de ceniza volcánica en el espacio aéreo español y en la red aeroportuaria de AENA. El objetivo es reforzar la coordinación de todas las partes implicadas para asegurar la continuidad de los servios aéreos y la mejor atención de las necesidades de los ciudadanos en materia de transporte aéreo, manteniendo siempre como máxima prioridad la seguridad operacional de los vuelos.

41 millones perdidos por las aerolíneas

Las compañías aéreas españolas perdieron unos 41 millones como consecuencia de los vuelos que no pudieron operar durante el mes de abril por culpa de las cenizas provocadas por la erupción del volcán Eyjafjalla. Así se recoge en una primera estimación sobre los costes de la crisis provocada por la nube volcánica elaborada por la Asociación de compañías Españolas de Tráfico Aéreo (Aceta). Un portavoz explicó que, en dicha estimación, las compañías han tenido en cuenta los ingresos perdidos, el coste de las ayudas facilitadas a los pasajeros y las compensaciones, así como el ahorro obtenido por el carburante que no debieron utilizar. Con las pérdidas generadas a las aerolíneas, el sector turístico español supera los 240 millones de euros perdidos durante el mes de abril como consecuencia de la nube volcánica. Según la Secretaría de Estado de Turismo, medio millón de turistas no pudo llegar a España durante esos días. A esta cifra se le deberán sumar las nuevas pérdidas generadas por los continuos cierres del espacio aéreo irlandés y de Reino Unido durante los últimos días y los sufridos en la península Ibérica desde el sábado. Por ello, Aceta, al igual que el resto de las patronales europeas, pide a las autoridades aeronáuticas que realicen nuevos vuelos de prueba para mejorar el modelo de cálculo que actualmente permite tomar las decisiones sobre si se cierra o no el espacio aéreo de los países dependientes de Eurocontrol.

La cifra

331 millones de euros son las pérdidas estimadas por la IATA provocadas por la nube de ceniza a las aerolíneas mundiales en abril.

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