El pánico podría regresar
El pánico no ha desaparecido de los mercados. La Bolsa de EE UU se derrumbó un 9% el jueves antes de que se impusieran las cabezas frías. Sobrevoló la preocupación por Grecia, a pesar del plan de rescate. Así, aunque un error operativo iniciase la conflagración, se puso de manifiesto la situación de los mercados.
La presión se fue acumulando la pasada semana después de que el rescate a Grecia no calmase los temores de contagio. Y el disloque de los mercados del jueves fue más allá de las Bolsas: afectó al petróleo, los CDS, los bonos soberanos e incluso el euro de desplomó. Pero si la caída fue desconcertante, también lo fue la recuperación.
El hecho de que todo, desde los treasuries hasta las divisas, se moviese tan bruscamente y al unísono demuestra cómo los inversores -o quizá sus programas informáticos de trading- están dispuestos a arrojar la toalla al primer problema. Es una reminiscencia de la mentalidad heredada en la crisis financiera de 2008. Mucha gente en EE UU está convencida de que la crisis griega está ampliamente arraigada en Europa y se considera real una posible extensión. Y si el contagio de Grecia empuja a Portugal y España, las pérdidas para los bancos europeos podrían afectar al sistema financiero mundial.
Lo que está claro es que los meses de optimismo que han gobernado los mercados financieros se están agotando. Los buenos datos de empleo en EE UU podrían restaurar en algo la alegría. Pero incluso si un error al pulsar un botón causó el desplome del jueves, nadie duda de que el miedo está lejos de haberse disipado.
Por Agnest T. Crane