Más vale tarde que nunca
Hay pacto para reformar las cajas de ahorros. Ha pasado casi una década desde que este sector, que representa la mitad del sistema financiero español, comenzó a pedir su despolitización, e incluso nuevas vías para capitalizarse. Y no ha sido hasta que una crisis financiera internacional, la peor desde la II Guerra Mundial, y otra económica en España casi se lleva por delante a estas entidades para que el Gobierno y la oposición sellasen un pacto para la reforma de estas entidades. Eso sí, ahora con carácter de urgencia. En tres meses.
El pacto alcanzado ayer entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy parte de una premisa, según aseguraron sus protagonistas y parte de los implicados en negociar ahora los cambios necesarios: las cajas mantendrán su actual naturaleza jurídica. Sí, eso parece, pero con sustanciales modificaciones.
De momento, las asambleas y los consejos de estas entidades contarán con un porcentaje mucho menor de políticos en sus sillones. La representación actual puede llegar al 50% y el objetivo de las cajas es que tras la reforma no supere el 25%, algo que también parecen compartir los partidos políticos y sindicatos. Además, dentro de este porcentaje estará exentos de sillones los cargos electos, que desaparecerán de las cajas para maximizar su profesionalización.
Cada caja elegiría si emitir cuotas participativas con o sin derechos políticos
Ya hay un ejemplo de estos cambios, Caja Navarra, cuyos estatutos acaban de ser modificados. Este recorte del peso político se compensará con ampliar la representación de impositores y entidades de interés económico y social, pero también se dará entrada a otra figura nueva en los consejeros de las cajas, a los cuotapartícipes.
Y es que otra de las principales reformas de la Ley de ârganos Rectores de Cajas de Ahorros (Lorca) será la de dar derechos políticos a las cuotas participativas. Aquí las opiniones son más amplias. Varias cajas, en principio, podrían estar dispuestas a hablar de derechos políticos sobre un máximo del 49% del capital de la entidad. Pero esta opinión no es compartida por todas, ya que ven en ello un peligro de privatización. Por ello, algunos hablan de encontrar una posición intermedia. Que se puedan emitir cuotas hasta el 25% del capital y que éstas tengan derechos de voto para las cajas que quieran, las que no que emitan cuotas para reforzar su capital, pero manteniendo limitado el derecho político de los cuotapartícipes. Lo que Isidro Fainé, presidente de CECA, denomina "traje a medida".
Otorgar más poder al Banco de España para que tenga la última palabra en la autorización de las fusiones del sector es otro de los puntos que recogerá la reforma. De esta forma, se pretende limitar el veto de las Comunidades Autónomas a estas operaciones, como está ocurriendo en la actualidad, y así acelerar la reestructuración.
La idea del Gobierno y del PP tras alcanzar este pacto es acelerar las fusiones antes de que se modifique la Lorca en verano. Por ello, tanto las cajas como las regiones de un partido político como de otro evitarán poner trabas a estas operaciones por cuestiones políticas. Así, se pretende cerrar la reestructuración del sector antes del 30 de junio, fecha en la que finaliza el plazo del FROB para pedir ayudas públicas. Esa es al menos el compromiso de intenciones de Zapatero y Rajoy. Otra cosa es que las cajas lo compartan, como señala ya alguna.