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Tormenta en la eurozona

Zapatero y Rajoy pactan acelerar las fusiones de cajas y reformar la Lorca antes de agosto

No hubo ayer en La Moncloa foto a la portuguesa, con el primer ministro y el líder de la oposición juntos, pero José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se esforzaron en ofrecer por separado una imagen de cierta unidad en un asunto que consideran de Estado, como es la reestructuración del sistema financiero. Ambos se comprometieron a acelerar el proceso de fusiones pendientes entre cajas de ahorros y también a promover antes de agosto la reforma de la legislación que las regula.

Zapatero y Rajoy pactan acelerar las fusiones de cajas y reformar la Lorca antes de agosto
Zapatero y Rajoy pactan acelerar las fusiones de cajas y reformar la Lorca antes de agostoCINCO DÍAS

Si no compareció junto a Mariano Rajoy, tras dos horas y cuarto de reunión, para emitir un mensaje de mayor confianza a unos mercados en plena convulsión fue, según Zapatero, "porque no existen precedentes de ello" y "porque nadie valoró esa posibilidad". La ausencia de foto conjunta fue compensada por ambos con el acento en la importancia que concedieron al pacto para agilizar las fusiones pendientes en un tercio de las cajas de ahorro y para reformar la ley orgánica que regula estas entidades, la Lorca, antes de agosto. No ofrecieron muchos detalles sobre los criterios que guiarán este cambio legislativo, aunque sí mostraron su disposición a facilitar a las cajas la obtención de capital a través de las cuotas participativas con derechos políticos. Su naturaleza jurídica, reza en el acuerdo distribuido a la prensa, no se verá alterada.

El objetivo de este doble pacto es, por una parte, agilizar las fusiones para que las cajas afectadas puedan acogerse antes del 30 de junio a los instrumentos previstos en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y, por otra, alcanzar un marco jurídico estable "que garantice la independencia de los órganos de gobierno" y aumente la transparencia en la gestión de estas entidades, avanzando en su "profesionalización" y "democratización" de sus órganos rectores.

La importancia de este acuerdo no reside tanto en las novedades que introduce en el guión y el calendario que el Gobierno tenía establecido para reestructurar las cajas de ahorro, que no cambia, como en el compromiso del PP, contraído ayer por Rajoy, de disolver los obstáculos políticos que frenan algunas fusiones en comunidades autónomas gobernadas por este partido. Zapatero y el líder del PP repasaron todos los procesos pendientes, incluido el gallego, aunque evitaron entrar en detalles técnicos, aspecto que delegarán en los expertos de cada parte.

El acuerdo entre el Gobierno y el PP implica facilitar a las cajas la obtención de recursos mediante las cuotas participativas con derechos políticos

Este acuerdo parcial sobre el sistema financiero fue valorado, sobre todo, por el presidente. "Es un avance muy importante que va a dar confianza al sistema bancario en su conjunto y a los mercados", sentenció Zapatero.

Prioridad al crecimiento frente al déficit

Ayuda a Grecia aparte, la unidad de acción entre Gobierno y oposición contra la crisis se detiene aquí, puesto que ni el presidente ni Rajoy disimularon las discrepancias que mantienen vivas sobre aspectos tan fundamentales como la reducción del déficit fiscal. Zapatero dejó claro que su prioridad es favorecer el crecimiento económico, misión que considera imposible si se hiciera caso del ritmo con el que el PP pretende sanear el Presupuesto. "Vamos a cumplir a rajatabla con la reducción del déficit hasta el 3% del PIB en 2013, pero sin poner en peligro la recuperación. Si retiráramos de golpe los estímulos fiscales, frenaríamos el crecimiento, factor fundamental para crear empleo. No queremos que la economía se estanque en la recesión", comentó el presidente.

Momentos antes, Rajoy les dijo a los periodistas: "España está en una situación crítica, la política de esperar y ver no puede continuar. La primera prioridad es reducir el déficit porque aquí está el principal problema que ha tenido Grecia. Si el Gobierno no actúa, otros lo harán por él y habrá que tomar medidas mucho más duras". Sorprende que ante este choque de visiones no se abordara en la reunión el Presupuesto de 2011, vital para enviar nuevas señales a los mercados.

Respaldo griego

Si bien hay plena disponibilidad del PP a respaldar el plan de rescate decidido para Grecia, en el que a los contribuyentes españoles les tocará poner cerca de 10.000 millones, Rajoy no perdió ayer ocasión para vincular esta ayuda con las lecciones que, en su opinión, Zapatero sigue sin aprender de la crisis griega. Además de la reducción del gasto público, el líder del PP citó la reforma laboral, en la que, dijo, "llevamos dos años perdiendo el tiempo". El presidente del Gobierno le contestó que entre abordar esta reforma por decreto y sin posiciones conocidas y hacerlo mediante consenso y con criterios conocidos, el Ejecutivo continúa apostando por esta segunda opción. En este contexto, Zapatero aprovechó para desautorizar al secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, en relación a su escepticismo sobre el llamado modelo austriaco. Dicho modelo, advirtió el presidente, será tenido muy en cuenta por el Gobierno en el cambio de la legislación laboral para que a los empresarios no les resulte tan caro contratar y los trabajadores no pierdan derechos.

Respuesta europea

Zapatero explicó a Rajoy con precisión los pasos legislativos que dará para encauzar la ayuda a Grecia y también las perspectivas que se abren en la reunión que el viernes celebrarán los líderes europeos para cerrar dicho plan de rescate. A juicio de Zapatero, los ataques al euro a caballo de la crisis griega "merecen una respuesta europea". Sin contradecirle, Rajoy mantuvo también ayer que avalará la posición del Gobierno al respecto porque "nuestra apuesta económica es el euro y en estos momentos la mejor manera de defender a España es apoyar a Grecia".

La rueda de prensa ofrecida ayer por Zapatero al finalizar la reunión con Rajoy fue presenciada por la plana mayor de La Moncloa. Estuvieron con el presidente la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; el jefe de Gabinete, José Enrique Serrano; el número dos del mismo, José Miguel Vidal, que es primo de Zapatero; el secretario general de Presidencia, Bernardino León; el director de la Oficina Económica, Javier Vallés, además de buena parte del equipo de comunicación.

No hacer caso a rumores

Hay que ponerse del lado de los datos, no de los rumores, aconsejó ayer Zapatero al comentar la tormenta especulativa desatada en los mercados a cuenta de la crisis griega y del efecto contagio. En opinión del presidente del Gobierno, los últimos indicadores referidos a consumo, producción industrial, ingresos públicos e, incluso, paro, ayudan a atisbar el inicio de la recuperación económica.En tono de optimismo, el presidente señaló que todos estos datos "no son juicios de valor, son hechos" y añadió que si España recupera la senda de crecimiento, algo que podría suceder en el primer trimestre de este año, "se habrán empezado a tener las condiciones para tener mucho más cerca la salida de la crisis". "Hay motivos para la confianza y tenemos que afianzarla", mantuvo.Mariano Rajoy evitó ayer hablar en La Moncloa en el tono en que habitualmente lo hace en el Congreso y mucho menos hacer sangre con los indicadores más negativos.

Rajoy elude hablar de anticipo electoral

El responsable de comunicación del PP, Esteban González Pons, madrugó ayer con unas declaraciones a Radio Nacional en las que mantuvo que el presidente del Gobierno debe convocar elecciones generales anticipadas si como consecuencia de la reunión que iba a mantener con Mariano Rajoy no se decidía a afrontar reformas económicas urgentes. Horas después, en la sala de Prensa de La Moncloa, Rajoy no le siguió el paso. El líder del PP eludió contestar a una pregunta directa sobre la oportunidad de un adelanto electoral y se limitó a comentar: "Aquí hay una alternativa y, desde luego, siendo como es la situación difícil y siendo preciso y necesario tomar medidas, hay una alternativa dispuesta a asumir el reto cuando los españoles lo decidan". El líder del PP informó que esto no se lo había planteado siquiera a Zapatero en su reunión a solas, sino que fue una reflexión que guardó para los periodistas, en un momento en el que esta posibilidad empieza a circular como hipótesis en los cada vez más activos mentideros políticos.El líder del PP no sólo se mostró cauto en estos comentarios, sino que hizo también otros gestos para intentar ofrecer una imagen de responsabilidad institucional. Comentó que la reunión con Zapatero posiblemente serviría para serenar a los mercados y optó finalmente por dar su rueda de prensa en La Moncloa, no en la sede nacional de su partido, como en un principio temieron los asesores del presidente.

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