El paquete de ayuda es insuficiente para descartar un cese de pagos griego
Los 45.000 millones de euros en préstamos de la UE y el FMI para Grecia que tanto están costando negociar le darán solo un alivio temporal y tendrán que ser seguidos por más fondos para evitar un cese de pagos, según funcionarios europeos y expertos.
Las primas de riesgo de la deuda griega tocaron hoy un nuevo récord ante la falta de detalle sobre el paquete de ayuda y ya superan las de Pakistán y Ucrania.
Una duda de los mercados es la velocidad con la que el dinero llegará a bolsillos griegos.
Francia ha dicho que no desembolsará toda su contribución al paquete de forma inmediata y Alemania continuó con su exigencia de más sacrificio fiscal a Atenas antes de aprobarla.
Entre dimes y diretes pasan los días y se acerca el 19 de mayo, cuando Grecia debe pagar 8.500 millones de euros a sus acreedores.
Probablemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) emerja como su ángel salvador, pues será capaz de aprobar sus préstamos muy rápidamente, dijo una fuente del organismo.
La dilación de la Unión Europea, que lleva hablando de la ayuda a Grecia desde hace meses, le está costando cara al país heleno.
"Creo que el retraso ha puesto nerviosos a los mercados y ha elevado el precio de la deuda griega. Se está tardando tanto que se está socavando la confianza y eso puede ser muy grave", afirmó en una entrevista con Efe William Rhodes, vicepresidente de Citigroup, un veterano de la crisis de deuda en América Latina en los 80.
Más allá del corto plazo, la incertidumbre es incluso mayor. Los 30.000 millones de euros ofrecidos por los países de la zona euro son sólo para el primer año de vigencia del programa, de tres años.
"Se supone que habrá más", dijo una alta funcionaria de un país europeo, que pidió el anonimato. La dificultad política, especialmente en Alemania, de prometer más dinero para Grecia ha hecho que los ministros hayan evitado negociar una suma total.
Esa estrategia puede ser ventajosa para los conservadores de la canciller Angela Merkel, que tiene la vista puesta en las elecciones del estado de Renania del Norte-Westfalia el 9 de mayo, pero de cara a los mercados la incertidumbre es la peor circunstancia.
Grecia tendrá que pagar 150.000 millones de euros en los próximos tres años por concepto de deuda y los analistas consultados por Efe coinciden en que si el paquete de ayuda no se agranda el cese de pagos será inevitable.
"El dinero sobre la mesa es apenas suficiente para este año. Grecia necesitará entre 80.000 millones y 120.000 millones de euros" en préstamos de Europa y el FMI, dijo Domenico Lombardi, ex miembro del Consejo Ejecutivo de ese organismo.
Los 80.000 millones de euros son la cifra mencionada hace unos días por Axel Weber, presidente del Bundesbank.
El FMI tiene límites a la ayuda que puede dar a Grecia, pues la cantidad máxima permitida, en base a la cuota del país heleno en la institución, serían 2.000 millones de dólares por año.
El Consejo Ejecutivo tendría que invocar "circunstancias extraordinarias" para los 15.000 millones de euros que por ahora se baraja que le entregará en préstamos.
La otra cuestión es si Europa será capaz de aumentar las ayudas. Para Desmond Lachman, ex subdirector del departamento de Política y Revisión del FMI, la respuesta es negativa.
"Los europeos han tardado cuatro meses en montar este paquete, por la resistencia política. Lo que eso está diciendo es que no quieren hacer más", afirmó.
Incluso dinero adicional europeo no garantizaría el éxito de la empresa, pues el ajuste que requerido de Grecia es draconiano.
El gobierno tendrá que forzar una reducción de sueldos, pensiones y precios a largo plazo para sanear las cuentas y recobrar la competitividad, según los expertos.
Esas medidas agrandarán la recesión, lo que a su vez bajará la recaudación pública.
En vista de esa espiral perversa, algunos analistas consideran que al país le iría mejor realizando una reestructuración de su deuda.
Pero para Europa esa opción es problemática, porque inmediatamente haría saltar las primas de riesgo de los países con las finanzas públicas más débiles, especialmente Portugal y España.
Además, la Unión aspira a que el euro sea una divisa de reserva internacional y un cese de pagos de bonos en euros, en este caso los griegos, será un gran revés.
Por ello, los gobiernos europeos intentarán evitar un cese de pagos a toda costa, o por lo menos aplazarlo hasta que quienes estén en el poder sean otros.