Goldman Sachs, un juego de tontos
Puede que los europeos no se sientan felices con la supuesta estafa de Goldman Sachs. ABN Amro, y en última instancia Royal Bank of Scotland (RBS), terminó perdiendo 841 millones de dólares con la inversión en deuda con colaterales presuntamente fraudulenta por el banco de inversión. Mientras tanto, IKB, el banco en quiebra alemán, perdió cerca de 150 millones de dólares.
Estos bancos europeos fueron algunos de los mayores participantes del juego de tontos de los últimos años de la burbuja de crédito. Pero las denuncias formuladas por la Comisión de Bolsa y Valores no entran en la locura de los compradores y aseguradores de las inversiones en hipotecas subprime. Gran Bretaña y Alemania, que han rescatado los bancos, se quedarán lívidos si se demuestra la veracidad del caso. Goldman niega los cargos.
El Gobierno inglés podría resultar el mayor afectado si las acusaciones resultan ser ciertas. Después de todo, tuvo que rescatar al RBS sólo dos meses después de que el banco escocés pagara a Goldman 841 millones de dólares para liberar una garantía que heredó cuando adquirió parte de ABN Amro, el banco holandés, según la SEC. Por supuesto, el agujero del RBS era mucho más grande que eso. Existe el riesgo de que el escándalo pudiera convertirse en un rifirrafe político, dado que Reino Unido está en medio de una tensa campaña electoral en la que atacar a los bancos se ha convertido en un argumento popular entre los principales partidos.
Los alemanes no estarán felices tampoco si se prueban los cargos de la SEC. Igualmente, los problemas de IKB iban más allá de las compras de las inversiones promocionadas por Goldman. Pero fue sólo unos meses más tarde, en verano de 2007, que el banco fue rescatado a un coste enorme para los contribuyentes alemanes.
Muchos políticos tenían sospechas sobre Goldman después de revelar que era perfectamente legal ayudar a Grecia a ocultar el verdadero alcance de sus deudas antes de su adhesión al euro. Estas nuevas alegaciones, que atañen a la actividad que puede haber perjudicado directamente los bolsillos de dos de las regiones más grandes y de los Gobiernos más poderosos, podrían haber llegado en el peor momento.
Por Hugo Dixon