British Airways necesita un héroe
La huelga de la tripulación de British Airways (BA) debería haberse resuelto de una u otra manera para Willie Walsh, consejero delegado de la compañía. Trabajadores que se sienten demasiado fuera de lugar en una industria de servicios es siempre algo arriesgado. El último jefe de BA en enfrentarse a los sindicatos en 1997, Bob Ayling, salió de la empresa en 2000, en parte por las pobres relaciones que mantenía con el personal. Como Ayling, Walsh asumió el control de la empresa en 2005 en un estado de salud financiera lamentable.
Pero Walsh se encuentra sobre un piso más firme. En primer lugar, parece que se ha ganado el apoyo público. Tras los conflictos, los sindicatos han quedado como torpes y codiciosos. Han sido golpeados en su credibilidad tras la ilegalización de la huelga programada para Navidad. Los detalles de los generosos salarios de la tripulación han disminuido la simpatía de la población en un momento en el que el país se aprieta el cinturón.
Walsh también ha estado respaldado por los accionistas, muchos de los cuales son clientes de la clase business. Han hecho caso omiso al conflicto, incrementando las acciones de BA un tercio desde comienzos de año. Los inversores están más preocupados con las mejoras del tráfico de negocios, la próxima fusión con Iberia y la joint venture con American Airlines.
En tercer lugar, Walsh tiene el apoyo de al menos parte de su plantilla. Los pilotos, por ejemplo, llegaron a un acuerdo el año pasado. Un número creciente de personal de tripulación está asistiendo al trabajo. BA asegura que ha operado al 70% de su programa normal de larga distancia desde el aeropuerto de Heathrow en los últimos cuatro días, comparado con el 60% del fin de semana anterior. Como resultado, el coste por día de la huelga se ha reducido de 7 millones de libras a 5,5.
Walsh no es un héroe, todavía. El precio de las acciones de BA están aún por debajo del valor de cuando se incorporó a la compañía en octubre de 2005. No puede permitirse una guerra de salarios con la plantilla para siempre: los sindicatos han amenazado con ir de nuevo a la huelga. La aerolínea está en camino de arrojar 578 millones de libras de pérdidas antes de impuestos este año, según las estimaciones de Thomson Reuters. Todavía tiene que llegar a un acuerdo con el Regulador de Pensiones para taponar su agujero de 3.700 millones. A pesar de estos problemas, sin embargo, es correcto apostar a que Walsh estará cerca de un acuerdo con ellos.
Por Fiona Maharg-Bravo