¿Hay que ir más allá en la liberalización eléctrica?
Hace unas semanas leíamos en el periódico que el Reino Unido se está cuestionando su modelo de liberalización eléctrico. El riesgo de un suministro seguro y sostenible por falta de inversiones plantea la disyuntiva de intervenir el mercado en pos de dar señales estables en los precios que garanticen las inversiones a medio plazo. La noticia nos deja perplejos porque durante años el modelo británico ha sido la referencia para el diseño de la liberalización y apertura a la competencia del resto de mercados, y por un momento, miramos hacia nuestro sector preguntándonos si deberíamos plantearnos lo mismo.
Basta analizar dos magnitudes básicas, como son el índice de capacidad instalada sobre la punta de demanda horaria, que refleja el exceso de capacidad instalada en generación y en el que nuestro sistema duplica al inglés, o la aportación de las renovables y tecnologías libres de CO2 al mix de potencia instalada en el que casi lo triplicamos, para darnos cuenta que nuestra coyuntura nada tiene que ver. A pesar de las diferencias, deberíamos sacar provecho de la reflexión y cuestionarnos si nuestro modelo de liberalización da las señales adecuadas para promover un sector eficiente que garantice un suministro seguro y sostenible.
Eficiencia, Seguridad, Sostenibilidad, unánimemente son las líneas que deberían guiar el diseño del sector, activos y mercado. Pero donde no existe unanimidad es en las soluciones a implementar para aunar estos objetivos. Estamos bloqueados en "la sostenibilidad es cara", "las tecnologías que promueven la sostenibilidad no garantizan el suministro", "lo eficiente, desde un punto de vista económico y de garantía de suministro, no está alineado con los objetivos de sostenibilidad". Formulado así, llegamos a un problema sin solución. Qué señales dar si no sabemos qué solución promover y cómo organizar un mercado que proporcione señales que no podemos diseñar.
No nos desanimemos, recordemos que hay problemas con más de una solución donde cada una complementa y no invalida a las demás. Busquemos el conjunto de soluciones que combinadas propicien un sector eficiente desde el punto de vista de empleo de recursos, inversión, impacto medioambiental y garantía de suministro, y por supuesto que garanticen la liberalización, y la competencia en el mercado como palanca de eficiencia.
El diseño de soluciones debería partir del análisis técnico y económico de la situación actual. El exceso de potencia instalada para cubrir la demanda en los próximos años, sin discutir si es térmico o renovable, las infraestructuras disponibles de transporte y distribución y su grado de utilización, los objetivos de reducción de emisiones, la apertura de nuevos mercados donde generar recursos y empleo y todos los factores que afecten al desarrollo del sector, deben ser incluidos en el análisis y valoración de la situación de partida.
A partir de este análisis, es necesario realizar una planificación de infraestructuras realista, buscando el óptimo del triángulo eficiencia, seguridad y sostenibilidad, cuyo resultado sean unos objetivos algo más que orientativos para cada tecnología. Más que orientativos, porque garantizando la libertad de inversión, se deberá promover a través de señales a la rentabilidad, el cumplimiento de los planes realizados. En el mercado, el reto es introducir competencia en todas y cada una de las tecnologías sin distorsionar los precios, ni crear beneficios cruzados entre tecnologías. ¿Un mercado de mercados? ¿Por qué no? No parece más intervencionista que las soluciones actuales de aplicación de restricciones sobre determinados combustibles o asignación de primas sobre el precio de mercado. Es cierto que algunas tecnologías renovables son cada vez más eficientes y que en un futuro próximo podrán competir con el resto de tecnologías, , pero por qué no hacerlas competir entre ellas y garantizar que las instalaciones más eficientes cubren la demanda de acuerdo a la planificación realizada.
Solución de soluciones, ahí debería estar la clave para guiar nuestro modelo hacia la eficiencia, la sostenibilidad y la seguridad de suministro. Una vez más debemos mirar hacia el Reino Unido, esta vez para apuntarnos a la reflexión sin complejos sobre la intervención que los Gobiernos deben aplicar sobre el desarrollo de tecnologías e infraestructuras y la organización del mercado más eficiente atendiendo a las características particulares de nuestro sector.
Marta Sánchez Álvarez. Directora de Energía y Utilities de Capgemini Consulting