La multinacional que ya no se parece a sí misma
Hace dos décadas Amadeus, una corporación recién nacida (la fundaron Iberia, Lufthansa, Air France y SAS en 1987), era una de las escasas multinacionales con la que contaba entonces el aún emergente tejido empresarial español que rumiaba su inminente expansión en el exterior. Pocos, entonces, intuían el potencial que contenía un negocio como el de los sistemas globales de reservas informatizadas de viajes, sector en el que la apuesta europea de Amadeus aparecía como una miniatura, un insignificante David, frente a los gigantes tradicionales estadounidenses de esta actividad, Sabre o Worldspan.
Desde el primer momento, Amadeus apostó por el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas. En una evolución que, guardando las distancias, podría ser paralela a la del constructor de aeronaves Airbus (la Europa unida cotizaba entonces al alza y producía sinergias espectaculares), consiguió en muy pocos años convertirse en el líder global indiscutible. Sin Amadeus es difícil entender la irrupción de las facilidades de la informática y de internet en una revolución, que poco a poco se fue desvelando imprescindible en la gran explosión global en el negocio de los viajes.
En base a esta primera etapa de fuerte éxito, Amadeus no hizo sino ganar valor y este potencial le llevó por primera vez a cotizar en Bolsa en 2001. Tras un paso por los mercados muy condicionado por el estallido de la burbuja tecnológica, en 2006 abandonó los parqués acuciada por las necesidades de liquidez que entonces tenían sus principales accionistas y tras dar entrada con el 52,8% de su accionariado a los fondos de capital riesgo BC Partners y Cinven.
Al margen de las vicisitudes que han vivido durante las dos últimas décadas sus viejos y nuevos accionistas y de los vaivenes que, en base a ello, la empresa ha tenido que capear, Amadeus ha sido durante toda su historia fiel a su propio destino. Así, en los últimos tiempos se ha sometido a una intensa transformación, mucho más próxima a sus habilidades tecnológicas que sus servidumbres en relación con la distribución de productos de turismo, del transporte y de la actividad hotelera.
Según los datos de la propia compañía, Amadeus sigue liderando el negocio de las reservas de viajes en todo el mundo, salvo en Estados Unidos, con un 37% de cuota a nivel global. Sin embargo, lo que en 2006 era apenas un señuelo marginal, la actividad agrupada en su División de soluciones tecnológicas para aerolíneas, hoy se ha convertido en su línea de negocio emergente, y ya aporta más del 25% de sus ingresos.
En una coyuntura en la que las compañías de transporte, en especial las aerolíneas, se ven sometidas a un difícil entorno con la contención de sus costes como clave de su viabilidad, los instrumentos tecnológicos desarrollados por Amadeus se han convertido en instrumentos clave para la gestión de los inventarios, la maximización de los ingresos por cada reserva y la eficiencia en la utilización de las aeronaves.
