Iberdrola y Eon serán las finalistas para el 'carbón limpio' británico
Se repartirán 99 millones para lanzar una central viable
El Gobierno británico ha seleccionado a Iberdrola y al grupo alemán Eon como finalistas para el desarrollo en el Reino Unido de una tecnología de captura y almacenamiento de CO2 que sea viable desde el punto vista comercial.
Las empresas tienen ahora un año para desarrollar el correspondiente proyecto de diseño de la planta de carbón limpio. Para ello se repartirán los 90 millones de libras (unos 99 millones de euros) que el Ejecutivo británico había reservado para esta fase del proyecto.
El Gobierno de Gordon Brown pretende tener en marcha una central de 300 megavatios de potencia con tecnología de captura y almacenamiento de CO2 a escala comercial para el año 2014, con una vida operativa de 15 años. Aunque no hay cifras oficiales sobre el contrato, en el sector se prevé que la empresa que se adjudique el proyecto final podría llevarse 1.000 millones de libras (1.103 millones de euros).
En principio, Iberdrola parte con ventaja para hacerse con el concurso. En mayo del año pasado, la eléctrica puso en marcha, en la central de carbón que su filial Scottish Power tiene en Longannet (Escocia), un módulo de ensayos capaz de procesar 1.000 metros cúbicos por hora del gas que emite la planta.
El proyecto de Scottish Power cuenta con el respaldo de la petrolera anglo-holandesa Shell y de National Grid, la empresa que gestiona las redes de transporte de energía de Reino Unido. Los socios tienen previsto que el gas que se capture se inyecte bajo las aguas del mar del Norte.
En estos momentos, sólo hay otra planta de captura de CO2 en marcha en el mundo, la de la petrolera Total en la localidad francesa de Lacq (Francia).
La ventaja de la tecnología que prueba Iberdrola (y que ha desarrollado otro de sus socios, la noruega Aker) es que puede aplicarse a centrales convencionales que en estos momentos ya están operativas.
El problema que tiene la oferta de Eon es que el grupo alemán ya avisó en octubre del año pasado que no iba a cumplir con los plazos exigidos por el Gobierno británico, ya que posponía su propuesta de planta "dos o tres años" debido a la crisis y a la caída de la demanda eléctrica.